Los políticos nacionalistas que impulsan programaciones atendiendo a criterios de política nacionalista, tanto autonómica como estatal, son parte del gran problema de la falta de innovación en nuestro teatro, puesto que lo hacen atendiendo más a factores folclóricos o de residencia o de idioma, y evitan que se produzca... el libre tránsito cultural, creativo, humano. Y todo lo que no encaje en esos patrones principales se encuentra bajo sospecha. No se puede utilizar el teatro como un instrumento de promoción política. Qué desgracia.
viernes, 17 de septiembre de 2010
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