jueves, 17 de septiembre de 2009

Los espacios intermedios

Atravesada por una luz breve y ligera,
la piel se desprendía de la violencia del tacto.

Pensábamos el aire y hablábamos sin decir palabra.

Sin vértices, ni conflicto,
la transparencia ignoraba las pulsaciones.

Sin límites, sin voz,
nombrábamos los espacios intermedios.

[marzo de 2004]

sábado, 5 de septiembre de 2009

Miran

Las aves miran con ojos de tierra.
Los hombres, con ojos de aire.

El pianista

El pianista ve un cuerpo extendido sobre las teclas.
No se atreve a tocarlo.
Es un hombre tímido.
Los sonidos le tientan.

Se hace el oscuro.
La belleza sobre las teclas.
La belleza bebe ron.
Es transparente.
Y todo parece confuso.
Es una resaca cruel.

Los arpegios en las sienes provocan migraña.
La luz intermitente.
Tanta gravedad, tanto pedaleo.

El pianista escucha los gemidos,
los matices, los estacatos, la cadencia
a punto de llegar al orgasmo,
a un sufrimiento extremo.

El pianista extiende su miembro viril sobre el teclado.
Tal vez así comprenda el piano que la belleza no puede controlarse.

El cuerpo extendido provoca el encuentro.
Culo en pompa.
El pianista es un acróbata burgués.

Hay que concluir la pieza.
Cuando eyacula, el instrumento termina de desarmarse.
El intérprete contempla su piano hecho añicos.
El público aplaude la imagen del pianista
que cae rendido sobre los restos de su obra.

Puntos de fuga

Una obra condenada a perderse en el laberinto de su diferencia y de sus errores.



Transitar por la circularidad: la mirada de un ojo absoluto y su reflejo, o de la desazón circular del tiempo.



Reconocimiento del ser en el vacío que lo limita y que lo extralimita.
Caos y mística.