sábado, 29 de mayo de 2010

Curso de escritura teatral en la Escuela de Actores de Las Palmas de Gran Canaria

Del 24 al 27 de mayo impartí un curso de teatro poético y teatro posdramático, en la Escuela de Actores de Canarias, con sede en Las Palmas de Gran Canaria. Fui invitado por la compañía 2RC (dentro del proyecto Canarias escribe teatro, coordinado por Rafael Rodríguez y Alexis Corujo) y por la propia Escuela, a través del coordinador de la actividad en el centro: el profesor Israel Castro. Desde aquí les agradezco la invitación porque fue un placer compartir estos días no solo con ellos, sino con los alumnos y el mismo personal de la Escuela.
Pocas veces un profesor puede tener mejores alumnos que los que tuve: Rayco Arbelo, Malta Blanco, Israel Castro, Alexis Corujo, Eva María González, Miguel Ángel Martínez, Victoria Oramas, Antoni Ramos, Pedro Santana, Ignacio Soto, Benito Troya y Ana Vanderwilde.
El resultado final consistía en escribir una pieza breve de teatro poético. Y lo que hicieron fue increíble... Creo que el último día faltó un alumno. Pero el resto demostró en poco tiempo, cada uno desde su mundo personal, una sensibilidad poética muy especial... Miguel Ángel Martínez compuso una pieza poética desde las "Endechas a la muerte de Guillén Peraza", probablemente casi única en su género; Ana Vanderwilde realizó una inquietante pieza, con aires neogóticos, inspirada en las experiencias espiritistas del mundo rural insular; Antoni Ramos estableció una relación entre Medea y el pueblo de Grecia, frente a la Europa que asesina a sus hijos y que exige un contrato vinculante; Victoria Oramas compuso uno de los textos de teatro poético más hermosos que he escuchado en mi vida acerca de las Ibis sagradas del antiguo egipto; Israel Castro ideó una pieza acerca de la misteriosa concepción y nacimiento de seres fantasmales que recuerdan al teatro de la crueldad; Alexis Corujo escribió una composición de teatro poético a través de diversos personajes simbólicos dispersos en el océano, entre sonidos de ballenas o el nacimiento y muerte de las ideas; Eva María González nos explicó su pieza y en ella una mujer, justo en el marco de una puerta, sentía su propia vida pasar de forma inconsciente, una especie de movimiento y reposo, sin principio, ni fin, eterno; Rayco Arbelo adaptó un relato personal a la escena, con evocaciones al pasado y referencias al presente que nos llevan a un final inesperado... Malta Blanco y Pedro Santana compusieron también textos poéticos para la escena muy sugerentes... Todos ellos hicieron un notable esfuerzo, algunos de sus textos estoy seguro de que los mejorarán, pero fueron capaces de aplicar contenidos de la moderna poesía al teatro. Piezas, por tanto, de teatro posdramático que deconstruyen las estructuras de la tradición clásica.
Yo me quedo sin palabras... Enhorabuena. Me emocioné mucho. Por un momento pude ver el teatro del mañana en sus gestos, en sus espacios intermedios, en sus pasiones ocultas...
Un abrazo inmenso para ell@s.

Charla en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

El jueves 27 de mayo fui invitado por la profesora Carmen Márquez, en nombre del Departamento de Filología Española, Clásica y Árabe de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y por 2RC teatro para dar una charla sobre mis procesos creativos. El espacio donde la di fue en la recién estrenada Aula de Creación y Artes Escénicas "Josefina de la Torre", en el edificio de Humanidades. Este acto pertenecía a un ciclo que han llamado "Encuentro con..." un autor. La profesora Carmen Márquez me presentó y, luego, me dio la palabra... No leí este texto que llevaba preparado, pero más o menos mi intervención fue de la siguiente manera...

Agradezco enormemente a la profesora Carmen Márquez y al Departamento de Filología Española, Clásica y Árabe esta posibilidad que me brinda para compartir con ustedes estos momentos. Así mismo, agradezco también la invitación a 2RC teatro, de la mano de Rafael Rodríguez y Alexis Corujo, dentro del proyecto Canarias escribe teatro.
Yo les agradezco a los tres, como les digo, esta invitación, y les animo a continuar llevando a la práctica este tipo de actividades, con la dificultad que supone en época de crisis, ya que propician la formación y la comunicación entre los diversos profesionales del mundo de la cultura en un momento realmente crítico para ella.
También agradezco a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y al Aula de Creación y Artes Escénicas “Josefina de la Torre” la aportación que realiza a este proyecto. Siempre es un placer venir a este lugar y charlar con ustedes. La universidad es un lugar propicio para la crítica, para la investigación, pero no hay que olvidar que también lo debe ser para la creación y por eso estamos aquí hoy.

Mis amigos me han propuesto que les hable de mis procesos creativos...
He de reconocer que me resulta un poco difícil, ya que supone mirar hacia detrás, y, sin ánimo de presumir, más bien lo contrario por el coste vital que ha resultado, encuentro 37 libros (algunos ya no los cito), 10 puestas en escena, tal vez más, miles de dibujos a tinta china, la mayoría sobre papel, y varios conciertos de piano a mis espaldas de algo que me dio por llamar música irregular. ¿Cómo explicar todos los procesos creativos que he vivido en 30 minutos, todas las convulsiones vitales, las crisis, los frecuentes estados de elevación y caída, las motivaciones, las respuestas a la realidad, las profundas investigaciones que me han llevado a cultivar lo humano y lo eterno en igual medida?
Supongo que desde que tengo uso de razón veo todo igual. Fui un niño viejo, saben. Los que lo fueron pueden entender lo que digo...
Tal vez la curiosidad, la conmoción, el reconocimiento, a veces la necesidad de trascender, de atravesar el materialismo... muchas cosas transitan por la mente de un creador cuando busca algo que intuye de antemano en lo que le rodea o en la percepción que diseña. Esta situación produce en quien innatamente observa la realidad de esta manera, por suerte o por desgracia, una inquietante percepción del mundo. No he podido resistirme a ella cuando este microbio te pica... tal vez la vida te castiga por ello, pero no queda otra que avanzar en este difícil camino que muchos de ustedes conocerán. Cada cual tendrá su propia experiencia y su forma de enfrentarse a todo ello.
Pues bien, esta situación, esta forma de percibir la realidad me ha impuesto una necesaria norma: el romper continuamente con la asfixiante especialización de nuestra sociedad contemporánea. La única manera de conciliar todos estos mundos es precisamente integrarlos en sistemas abiertos, donde la libertad prime por encima de todo. De ahí extraje la necesidad de priorizar los conceptos de espacio y movimiento, como una forma de objetivizar el concepto de libertad, para no entrar en los vicios que pudieran darse en la sensibilidad extrema y así poder diseñar un distanciamiento suficiente que me permitiera observar con detalle mi percepción, sin que esta me dominara, en otro plano distinto de mí, y así ajustar cada idea a la forma adecuada. Es algo así cercano a la reencarnación... Tienes un líquido que está en un recipiente, pero el líquido puede cambiar de recipientes, seguirá siendo líquido de alguna manera y, aunque luego se evapore, se volverá a convertir en líquido otra vez. Con esa base pude construir un discurso que me hizo conciliar las formas de la cultura occidental y oriental. Me explico...
El movimiento puede ser relacionado con el libre albedrío en occidente. Sin embargo, en oriente, se vincula al cambio, el concepto central del taoísmo, la filosofía más antigua del mundo. Por su parte, el espacio es la objetivización del vacío oriental. El vacío en el taoísmo es la materia de la que está formado todo. Y todo tiene su vacío. En occidente el vacío se ha vinculado al horror vacui, al miedo a un mundo sin Dios, al vacío absoluto. En el siglo XX, la idea de vacío fue acogida por los artistas que se dejaron influir por estos conceptos orientales, pero lo han llamado espacio. Por eso, Michel Foucault dijo que la idea más obsesiva de su época era el espacio. Todavía hoy se emplea como un concepto básico de vanguardia o de modernidad.
Quise fabricar un lenguaje que me permitiera afrontar estos planteamientos. Y lo que hice fue investigar el lenguaje de los tratados de física dinámica, de filosofía del lenguaje, de dibujo técnico, para llegar a un nivel de expresión que estuviera lindando entre la filosofía, la ciencia y la poesía.
Así que con esas coordenadas puse en marcha mi obra poética, primero. De ahí salieron, mis experimentos visuales y metafóricos agrupados en el volumen que me publicaron, en 2006, titulado Los circuitos planetarios (antología 1994-1999), que recogía una antología más o menos definitiva proveniente de 11 libros de esta época. Luego, de forma más sistemática publiqué dos fases más, dos trilogías. La primera, formada por lo metapoético, es decir, hablar de lo poético, pero poéticamente, no ensayísticamente: El anillo pendular (bocetos para una poética del espacio) (1998, 2006), Memorias de un objeto (2002, 2006) y el libro-objeto Puntos de fuga (2005). Y la segunda trilogía estuvo formada por la puesta en práctica de todos los presupuestos proyectados por un lenguaje más cercano a la poesía épica moderna, que había planteado en esa obra anterior: Los pájaros invisibles (2006), Nausinoos (2006) y Oblivion (2009).
Pero no fue suficiente, ya que sentí la necesidad de materializar el poema, pero no solo a través del poema visual que experimenté muchísimo, sino a través del teatro. De un teatro de signo poético que adaptara la actual poesía a la escena, la de finales del siglo XX y principios del XXI, con el lenguaje de nuestra época. Bueno, con esta idea he escrito mis diez libros de teatro: Apuntes teatrales (1999, 2006), XX (2001, 2006), Taumántide (2002, 2006), Los anticuerpos (2003, 2006), La señora Blume, El sujeto de los otros, Luminarias, Teoría de los ocho movimientos, Interior de una cámara de cera (2006) y Outside (teatro poético 2006-2009). Tengo también otro libro de teatro, de varios cientos de páginas, inédito, de momento está reflexionando consigo mismo.
En realidad, en toda esta obra lo que hice fue trasladar al teatro todo el torrente de experimentación que reuní en Los circuitos planetarios, y que había clasificado dentro del género poético, pero del que me había desprendido en las dos últimas trilogías. Toda la evolución paralela y posterior que encaminé hacia el teatro nace de esa intención más experimental. Ahora lo que me ha sucedido es lo contrario: si bien antes apliqué mis conocimientos poéticos al teatro, ahora, después de Oblivion, lo que hago es trasladar mis conocimientos teatrales a la poesía. Mi obra actual inédita, otra nueva trilogía, está más humanizada, si se me permite la expresión, es más subjetiva. El primer paso que de momento me he atrevido a publicar es un pequeño Bestiario, que he presentado hace dos días en el CAAM y que ha sido editado por Al-harafish. Fue presentado por Carmen Márquez. Las dos ilustraciones son de José Luzardo. Me he quedado muy satisfecho con el trabajo de edición de Macarena y José. Y las palabras que dijo mi presentadora... se las agradezco mucho. Desde aquí les vuelvo a reiterar mi agradecimiento. Fue un lujo para mí estar tan bien acompañado aquella noche.
Heiner Müller decía que los dramaturgos debían de crear grandes retos para la escena. Yo creo que eso es así. Para que el teatro evolucione los dramaturgos debemos comprometernos con los asuntos trascendentales y con las formas más revolucionarias de nuestro tiempo. Si no, es mejor quedarse en casa o ser el peón de un empresario que quiere hacer su negocio, en gloria esté, pero si queremos alumbrar nuevas expectativas y nuevos caminos en el teatro hay que encontrar las claves y los enlaces exactos para que todo encaje. Y eso siempre es lo difícil. Creo que si en una representación la primera piedra la pone el dramaturgo, esa primera piedra debe ser decisiva para todo, incluso para cambiar las cosas, el mundo, la crisis, todo... Yo soy de los pocos que siguen creyendo hoy que el lenguaje poético consigue mover las conciencias críticas para crear otro mundo posible. Y siempre habrá una forma de representar lo que parece irrepresentable. Es como cuando te enfrentas a cualquier problema en la vida... Debe haber alguna solución siempre... Hasta los más complejos de resolver pueden tener varias soluciones. Si no las encuentras es que el problema lo tienes tú, no el problema mismo.
Y bueno, he representado una decena de piezas mías, en diferentes momentos, espacios, con diferentes personas, y la mayor parte de una manera efímera. Y siempre en una órbita de teatro poético. Es muy necesario que la escritura teatral dialogue sin miedo y con valentía con los paradigmas de la representación. Mi lenguaje teatral pasó de ser exclusivamente acotativo al texto hablado puro. A día de hoy he escrito 60 piezas, casi todas publicadas en los libros que he enumerado.
El teatro por sí mismo es capaz de arrancarte un lenguaje, como lo es, por ejemplo, un blog. Hace poco más de un año que tengo uno y reconozco que me ha proporcionado nuevas claves, nuevos registros de escritura que me han abierto nuevas posibilidades que practico con disciplina. Utilizo mi blog como un work in progress, donde escribo y corrijo, como un taller personal de trabajo, que antes lo hacía en privado y ahora lo hago públicamente. Es una gran experiencia para cualquier escritor. Lo recomiendo. Todos estos medios tecnológicos de ahora, incluso Facebook, también abren nuevas posibilidades y formatos a la literatura. Ubicar tu obra en estos espacios, vencer de alguna manera las dimensiones de estos espacios, hacerlos tuyos, comprender estos registros virtuales, me parece sumamente interesante.
Paralelamente, me fui introduciendo en el mundo del microrrelato. En realidad, mis primeras inmersiones en la literatura cuando apenas tenía 7 años fueron relatos. Y escribí muchísimos a lo largo de todos estos años, hasta hoy. Lo que sucede es que no encontré mi lugar, diríamos. Me gusta colarme por los espacios no demasiado explorados, por los resquicios... es muy difícil encontrarlos. Creo que esa es una de las principales búsquedas del escritor, del investigador. Creo que es muy sana esa ambición, si se me permite el término, y si me apuran, hasta necesaria. Con veintipocos años gané el premio Félix Francisco Casanova de narrativa y el accésit en poesía. Mi relato se titulaba “La escalera de Jacob” y era demasiado experimental. Quise continuar, pero no me gustó ese camino. La búsqueda de lo original tiene ese problema, que cuando encuentras una vía puedes convertirte en una autor más o menos original y al final no sé si eso es del todo bueno o no. Yo pensaba que sí, pero ahora creo que debe haber un pequeño equilibrio, tal vez, sin dejar de renunciar a lo absolutamente original, que es muy difícil. No obstante, hay que lanzarse al vacío, siempre. Si no lo haces, malo malo. La literatura o el arte en general necesita de esa implicación, si no, lo mejor es dedicarte a otra cosa, creo yo... Si no, será como un hobby... Vale. Óscar Domínguez ponía el ejemplo de una corrida de toros... pintar era como el acto de torear, es decir en serio, a muerte... No sé si a nosotros nos coge un poco lejos el ejemplo, pero creo que se entiende bien lo que quiero decir. Es muy bueno saber o intuir tu grado de implicación.
Bueno. Encontré y cultivé el microrrelato y me acerqué a la narrativa de nuevo desde una óptica muy similar al tipo de poesía que estaba realizando. La proximidad con la concreción del lenguaje teatral también favoreció mi lenguaje. Y encontré un pequeño espacio. El boom del microrrelato es una realidad. Lo que se está haciendo ahora creo que está marcando las pautas del futuro y por eso creo que es un gran momento para el renacimiento de este subgénero. Escribí dos libros. Bueno, les confieso que tengo otro más que, de momento, está inédito, en espera de una editorial que se interese por él. Comencé con Fractales, publicado en 2005. Y es que encontré una aplicación directa de la teoría fractal al microrrelato, considerando la posibilidad de que la teoría matemática de la fractalidad tuviera su referente en la retórica, y efectivamente creo que se encuentra en la metonimia (en el todo por la parte y la parte por el todo). Y, en segundo lugar, Visiones desde el marco. Este último lo presentamos en esta Universidad el año pasado, en las jornadas que el profesor Osvaldo Rodríguez Pérez dirigió. Él mismo tuvo la generosidad de presentarlo y realizar una ponencia sobre estos dos trabajos, que yo agradezco enormemente. Y sobre el tercer libro, más largo que los anteriores, me temo que hablaremos en otro momento y otro lugar.
Finalmente, no quiero dejar de comentar aunque sea brevemente que también he cultivado el ensayo y la crítica a través de varios libros de ensayos (Gravitaciones de una máscara y La poesía en el teatro, la pintura en la música) y ediciones críticas (Obras completas, de José Antonio Padrón; Proyecciones, Epistolario y La aurora sumergida y otros poemas inéditos, estas últimas de Pedro García Cabrera).
Mis investigaciones también están relacionadas con las diversas formas de la creación vanguardista y experimental y en dignificar una tradición, la de vanguardia, que, en numerosas ocasiones, ha padecido todos los males que se puedan desear al arte y al artista: concentrados en la incomprensión y en el ataque sistemático por ello.
Permítanme una breve y última reflexión, no exenta de crítica: vivimos en una época en la que se ha perdido pasión por la investigación. Muchas veces parece importar más conseguir créditos o títulos que el descubrir algo nuevo o dignificar o colocar en el sitio que se merece en el mundo de la crítica la obra de un autor... Y es que queda tanto por hacer... El sistema está diseñado de tal manera que uno tiene que apartarse un poco de él para aportar algo mínimamente interesante, que ayude a los demás. Yo creo en la función social de la investigación, creo que hay que adoptar un compromiso crítico con lo que uno investiga. Yo sé que habrá gente que no esté de acuerdo conmigo, pero la verdadera vocación nace de esa intención, de la pasión que suscita el esfuerzo, el empeño, la ambición por cambiar el ritmo de las investigaciones posteriores. Permítanme que crea en esta idea, que tenga esta ambición. Creo que es lo único y lo más preciado que nos queda a los investigadores en este largo y difícil camino de la investigación universitaria. Creo también que el trabajo del crítico es el de desvelar la obra, hacer más comprensible lo que para muchos era incomprensible. Cuando el editor crítico despierta esa luz en el lector, se produce un proceso de reconocimiento y la obra del autor publicado adquiere una importancia imprevista.
También creo que el ensayo debe aportar algo que incluso haga cambiar la vida del que lo lee. Debe aportar un discurso muy cohesionado, en el que encajen todas las piezas, y en el que exista un fondo de libertad, pero que se sepa dominar. Son mis gustos. Se me ocurren ejemplos conocidos como los de Paul Valery, Roland Barthes, Octavio Paz, Severo Sarduy, Lezama Lima, Italo Calvino, Umberto Eco, Emilio Lledó, Peter Sloterdijk, Eugenio Trías, Jorge Rodríguez Padrón...

Bueno. Como no quiero cansarles más, y tal vez me he extendido un poco, discúlpenme si ha sido así, el objeto de esta pequeña charla que les he dado hoy lo podríamos circunscribir a mi creación literaria. Acerca de mi forma de pintar y de componer o interpretar... todo ello daría para otra conferencia, sería otra pequeña historia... Pero mejor lo dejamos para otra ocasión. Tan solo decirles que he pintado y he tocado el piano como si escribiera un poema. Para mí es todo lo mismo. Todo es fruto de esta multidisciplinariedad de la que hablaba al principio. Cuando se cruzan ciertos umbrales de expresión, te das cuenta de que todo es lo mismo y de que todo está formado por ese líquido del que también les hablé al principio y que a lo largo de la historia muchos creadores, teóricos del arte, la literatura, la música... lo han llamado de diferentes maneras.
Yo lo llamo poesía.

Muchas gracias.

Presentación de mi libro "Bestiario" en el Centro Atlántico de Arte Moderno

El pasado martes, 25 de mayo, presenté mi Bestiario, publicado por Al-harafish edita, en la sala polivalente del Centro Atlántico de Arte Moderno, en Las Palmas de Gran Canaria. Los directores de la colección son Macarena Nieves Cáceres, José L. Luzardo (también autor de las dos ilustraciones) y Jero Maldonado. La escritora y artista visual, Macarena Nieves Cáceres, no pudo asistir porque hacía pocos días que había dado a luz a dos preciosas gemelas llamadas Celeste y Luna. Desde aquí le envío un abrazo inmenso a la nueva familia. La profesora de la Universidad de Las Palmas, Carmen Márquez, que compartía el espacio de la presentación con Macarena, fue, entonces, la única presentadora del libro, que también fue introducido rápidamente por la escritora Eduvigis Hernández, coordinadora del acto en el CAAM. Desde aquí les agradezco a las dos enormemente la generosidad de sus palabras. Por desgracia, no puedo reproducirlas, pero sí les muestro mi breve intervención, que fue tal cual...



Palabras para un Bestiario

Hace aproximadamente un año, el profesor Osvaldo Rodríguez Pérez me invitó a unas Jornadas sobre microrrelatos, aquí, en Las Palmas, que siempre le agradeceré, puesto que me dio la oportunidad de conocerle tanto a él como a sus amigos, gente formidable, por cierto. Mi estancia aquí en la isla durante varios días fue inolvidable y gracias a Osvaldo, como digo. Pero también le debo otra cosa, además de su amistad... y esa cosa es que tuviera la genial intención, junto con el profesor Fernando Moreno, de organizar un congreso sobre bestiarios, que aún no se ha celebrado y que espero que llegue a materializarse algún día. Sin que me propusiera nada, y por mi cuenta y riesgo, se me ocurrió que para pensar un ensayo sobre los bestiarios del mundo debía de escribir uno. Me parecía un ámbito muy interesante y esencial. Siempre me ha gustado investigar desde mi propia experiencia y no desde la de otros. Y por eso le debo a Osvaldo el estar hoy aquí presentando este pequeño libro que he titulado Bestiario. Su iniciativa motivó en mí libremente la pregunta, la curiosidad, el reto creativo de si podría crear un bestiario, de si podría encontrar un micro espacio creativo por el que me pudiera mover en esta larga tradición... Gracias, amigo mío.
A Macarena Nieves Cáceres y a José Luzardo les debo también su amistad y esta edición tan especial que han hecho de esta pequeña pieza literaria, con tan buen gusto, como siempre suelen hacer. Ellos han conseguido en sus carreras artísticas extraordinarios resultados, pero no solo con sus obras, sino con las ediciones de la insustituible revista Al-harafish, que constituye hoy por hoy una de las revistas más interesantes que ha dado el mundo hispánico, en la mejor tradición de la vanguardia europea e hispanoamericana. Mi opinión es que después de Gaceta de Arte no ha existido en Canarias una revista como ésta, que ocupa ya y ocupará, de eso estoy seguro, un lugar privilegiado dentro de las publicaciones periódicas de creación. Su forma de financiación es una genialidad, la concepción multidisciplinar y formal que defienden con independencia y dignidad sus promotores... todo ello es francamente inusual y demuestra una gran inteligencia y una enorme honestidad creativa.
Mi amiga Carmen Márquez ha dicho unas palabras sobre esta piecita literaria que agradezco enormemente, con la fina inteligencia que la caracteriza y que tanto admiro... Y Carmen, te agradezco muchísimo el esfuerzo y la amistad, un privilegio también para mí. Siempre tan ocupada y tan generosa con los amigos y tan preocupada porque la cultura camine con el rigor que merece. Todos los que he citado hoy aquí han hecho y continúan haciendo una encomiable y dignísima labor cultural en esta isla. Todos ellos, a mi juicio, constituyen referentes esenciales de la cultura hispánica dentro y fuera de Canarias. Sus trayectorias profesionales que conozco bien así lo demuestran.
Y muchas gracias a todos los presentes: a los amigos y amigas que nos acompañan hoy. Y a los responsables del Centro Atlántico de Arte Moderno, especialmente a la escritora Eduvigis Hernández, por habernos facilitado todos los medios para estar hoy juntos, en este espacio que aprecio tanto.
Pues bien, como les decía antes pensé que para escribir un ensayo debía conocer el objeto filosófico y así descubrir algún resquicio que pudiera iluminar un camino diferente. Y eso hice. Decidí escribir un bestiario. No reunir mis poemas que traten sobre bichos o animales y todo eso. No. Deseaba experimentar, ensayar... la bestialidad. Me sumergí en los bestiarios tradicionales desde la antigüedad hasta nuestros días y comprendí que la inmensa mayoría consideraban a las bestias como seres estúpidos, pero con cualidades morales o fantásticas que, en realidad, eran proyecciones de los deseos, las utopías y las pesadillas humanas. Y claro enseguida caí en la cuenta de que lo interesante era situar el concepto de bestia en lo humano. Una pequeña parte de la tradición de bestiarios más recientes podría ir en esta dirección. Por ejemplo, el Bestiario, de Cortázar. Pero no encontré un texto bien definido que hiciera girar todo 180 grados y pensé en componer uno que consistiera en redefinir el concepto mismo de Bestiario. Y pensé que durante su historia, la humanidad había vivido concientemente engañada con los bestiarios, puesto que estos habían sido concebidos desde la superioridad del género humano, pero delegando los defectos también humanos en las bestias. Los bestiarios tal vez entran en la consideración de textos que pueden ser variantes de contenidos míticos. Ayudan a proyectar las fuentes míticas, de alguna manera. ¿Y qué son los mitos sino formas de nombrar los misterios? Así que me propuse que mi bestiario humano, primero, fuera breve, a diferencia de otros, y que no fuera un catálogo de animales o seres fantásticos, sino de seres humanos que tienen algo de insectos... de bichos de todas las clases, y no al revés como suele ocurrir.
Tal vez la necesidad de definir, de diseñar metafóricamente un metabestiario, (si se me permite la expresión), es decir, un bestiario que hable de su forma de nombrarlo, ha ocupado gran parte del poema.
En cuanto a la forma, al género al que iba destinado, inicialmente pensé que debía ser un texto dedicado al teatro, pero luego pensé que mis mejores textos poéticos se estaban yendo poco a poco al teatro y que debía compartirlo. Por eso, este Bestiario lo considero en su totalidad un texto poético. Aunque también contenga microrrelatos, sentencias, aforismos...
Aunque he de confesarles otra cosa. Y es que para no pelearme con mis primeras intenciones escribí otro pequeño bestiario para el teatro contenido en el libro Outside (teatro poético 2006-2009), que recientemente me ha publicado la editorial Fundamentos. El texto dice así:

"Esta obra ha de contar con un catálogo de trece atrocidades que ha realizado la humanidad a lo largo de los últimos siglos.
El autor prefiere no proponer los temas, puesto que el catálogo puede ser infinito y la sensibilidad de cada época demanda un estilo propio.
Es imprescindible que el texto de cada atrocidad sea el de la referencia periodística correspondiente.
De esta manera, esta obra se presentaría con las trece noticias seleccionadas, a través de las reproducciones de los respectivos periódicos en donde aparecieron.
Este sería el texto que configura la palabra en escena.
No hay trama, no hay narración, no hay expectativa, no hay clímax, no hay nada.
Sólo hay descripción.
Esta obra, en realidad, es como una instalación artística.
Cada espectador es libre para pensar lo que quiera.
Y cada conciencia es diferente".

Luego, claro, caí en la cuenta de que más que una pieza teatral es, como digo, una instalación artística. Como no es la única vez que me sucede esto y el teatro lo abarca todo, pues me pareció interesante dejarlo así: una instalación en medio de un libro de teatro. Ahora bien, no seguí escribiendo bestiarios porque probablemente me siguiera saliendo el tiro por la culata... Porque si me hubiera puesto a concebir una instalación artística llamada Bestiario, estoy seguro de que me hubiera salido, a lo mejor, un relato o el jodido texto teatral que estaba buscando. En fin, como podrán comprobar, todos estos procesos creativos forman parte de lo mismo, aunque no es menos cierto también admitir que todo ello es, en igual medida, impredecible... Aquí, en la sala, hay varios artistas que cultivan diversas disciplinas y estoy seguro de que sabrán comprenderme bien.
En cualquier caso, espero que les guste este librito que han mimado hoy todos mis amigos. Muchas gracias.

A continuación, me pidieron que leyera unos fragmentos de mi Bestiario... Y eso hice. Les dejo una muestra:
Durante un sueño.
Durante su puesta en escena.
Los sonidos de un secreto delirio.
El aliento de los enemigos a punto de cruzarse.
Las bestias a punto de entrar.

Combate.
Combate y paz.

Algunas cosas no son lo que parecen.

Un bestiario.
Un bestiario no debe ser siempre de la misma manera.

Por ejemplo,
un bestiario sin bestias.
Porque...
una bestia es lo más parecido al hombre.

La expresión de una serpiente.
Porque...
es la expresión de unos ojos de hombre.

Y no entiende de apellidos.

Es el deporte preferido del hombre político.
Coleccionar bestias, dominarlas.

Y todo coleccionista oculta algo.

Los ojos de una salamandra descansan en paz.
Los de un águila miran rápido.
Son los restos de los imperios que caen.

Un bestiario puede ser un compendio de quejas o un compendio para hablar con Dios,
la mitad del Gran Libro de la Naturaleza y la mitad del Pequeño Libro del Hombre.
De esa unión nacen las bestias.

Pensar así.
Pensar en lo grande y en lo pequeño.
Pensar en los sonidos interiores,
los que causan ira.
Pensar en un rinoceronte que aplasta un caracol.

Porque...
es ser rinoceronte el que vive aplastando.

Lo dijo Koltés: Roberto Zucco.

El hombre se mira en la bestia.
La bestia, en el hombre.
[...]

Mi habitación es pequeña, siempre cerrada.
En ella he pasado mi vida.
Sólo tiene una cama, un sillón, unas estanterías con libros.
Por eso escribo.
En ella siempre hay una excusa para imaginar.
Las palomitas que la habitan se convierten en gusanos.
Siempre hay nidos en las paredes, en el techo, en las esquinas.
Siempre hay ideas escondidas en los huecos vacíos de estos nidos.

La bestialidad se transmite a través de los sueños.
El primer sueño lo creó alguien que no quería caerse de un árbol.
El último sueño de la humanidad lo he tenido yo: representar un bestiario.
[...]
La poética de los monstruos mueve razones trascendentes.

Máscaras.
Animales imaginables.
Cualquier cara puede ser bestializada.
Una leve pulsión, un aire indebido, un instante apropiado...
Y todo cambia.
El azar es bestial.

El pelícano conserva la comida en su largo pico.
Revive a los muertos y sus hijos nacen dos veces.
Pero el pelícano me mira,
es cierto que me mira.
Sus pupilas son de este mundo
y no del otro.
Aunque hay en ellas una violencia oculta que hace prever un final trágico.
Creo que todos los pelícanos del mundo necesitan un psicoanalista.
[...]

Rememorar un sueño, por ejemplo.
Rememorar cuando me he levantado llorando, con el hocico de la bestia colgado a la espalda.
Rememorar la casa.
Rememorar el antiguo dormitorio.
Allí se encuentra la anciana muerta, cuidadosamente acostada.
La familia velándola.
Otros fallecidos también velándola en espíritu.
No se ven mutuamente.
Uno de los espectros la ha traído hasta allí.
Yo me encuentro en el umbral de la puerta.
La habitación está inundada de insectos.

Hay algo, algo inquietante.
Si la anciana está muerta, ¿por qué le tiemblan las piernas?
Están tapadas con una manta que también se mueve.
Me acerco y levanto la tela.
Los insectos le comen la carne podrida.
Salgo de allí y comienza a llover con mucha fuerza.
Se rompen cristales, ruedan casas alrededor.
La simple lluvia se torna en un fuerte temporal.
Subo al piso de arriba.
Todo está oscuro.

Abro los ojos.
Me caen varias lágrimas.
Estoy despierto.
Me levanto.
Me miro al espejo.

Vuelvo a la cama.
Permanezco sentado unos minutos, en la oscuridad.

De nuevo a pensar.
Enciendo la luz.

Apago la luz.

Después del sueño.
Sobrevivir al sueño.

Kafka y Josef K.
Roberto García de Mesa y yo.

viernes, 21 de mayo de 2010

Discusión

Antes, los hombres y las mujeres discutían por quién decía la última palabra, ahora discuten por quién pronuncia el último silencio.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Naturaleza secreta

Entre los restos de cualquier pensamiento
se hallan unos huesos esparcidos para la posteridad.
Soy prisionero de ese paisaje desértico,
de una inmensa letanía que soporta el peso de las palabras huecas.

Yo sé lo que he dejado de ver.
Yo sé lo que hay detrás de mi sombra.

Esta noche he abandonado mis dedos delante de un piano,
he interpretado los cantos de los muertos
y he sonreído después del murmullo,
después de la conciencia, después de las sombras suicidas.

Esta noche he leído las palabras entre los restos de mi cuerpo,
la luz negra de mis días luminosos,
los relámpagos de mi piel que me bendicen antes de morir.

Todos los verdugos del mundo me han condenado discretamente.
Y mientras escucho el murmullo del viento,
mi mente ha sido barrida por unos labios extraños.

Yo sé que mi escondite secreto se encuentra bajo la sombra del mar.
Los líquenes me han confesado su impaciencia.
Bajo las aguas no se pueden escuchar las palabras del viento.

Entre estos restos busco mis huellas marchitas, mi propio olvido,
la naturaleza secreta de las cosas y un brote de claridad después del fin.
Soy un prisionero de esta guerra perdida,
pero nadie quiere ya supervivientes.
Así que tendré que escuchar mi propio murmullo, mi propia forma de luz.

Esta letanía oscura que me arrastra hacia los días sin salida,
hacia los témpanos de hielo, hacia la ruptura de todos los cuerpos imaginarios,
se halla entre mis dedos, cuando simulo tocar el piano a medianoche,
cuando escucho las campanas de una iglesia que anuncian el fin de la eternidad.

sábado, 15 de mayo de 2010

Sueño

A veces consigo vencer el sueño; otras, no.
Hoy es una noche de esas.
El silencio lo envuelve todo, menos mi cabeza.
Y no sé por qué.
Es como si la alegría del día se transformara en algo misterioso, extraño o sospechosamente familiar.
Hay algo que se resiste a morir temporalmente o que me provoca por dentro,
que desea soportar la vida o abusar de ella un poco más.
Y cada noche que espero pacientemente, me descubro abandonado en medio de este silencio, en medio de una cita imposible.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Un poema de amor

Hay un poema de amor escondido detrás de cada palabra, en cada sombra de palabra.
Pero cada boceto que se extiende sobre una página es una nueva máscara que enarbola la bandera de una pasión descuidada e imperfecta.
Reconozco los instantes que se pierden, los que definitivamente se olvidan.
Y es que la vida te roba un gran trozo de tu existencia cada vez que pronuncias te amo.
Al no haberlo pensado antes, no sabes cuáles son tus cartas en este juego.
Y es que lo esencial es el fracaso y no la victoria.
Y en ese fracaso es donde padecemos los resortes de la vida:
la magia infinita, el dolor, la inmensa tristeza y el silencio que todo lo envuelve.