domingo, 28 de abril de 2013

Una vez...

Una vez más la poesía me salva la vida. Porque no hay pasión, intensidad, dolor, crecimiento y disminución, lucha, desencuentro, vitalidad, engaño, piedad, muerte, reencarnación, alumbramiento, trascendencia y vulgaridad, desasosiego, felicidad mayor que mirar a los ojos y escarbar en el interior de esta bestia llamada poesía. "Quien lo probó, lo sabe". En muchos momentos he sentido que me desborda o que me ataca frontalmente, en otros, que me ama sin concesiones, que me devora, y en no pocas ocasiones, que no la siento como quisiera, así que feroz voy a por el poema y me dejo acuchillar por él hasta que mi alma derrame una pizca de verdad. Y ahí, paradójicamente, cuando muero, es cuando la poesía me salva la vida. 

viernes, 26 de abril de 2013

Las cifras de la vergüenza

6.200.000 de parados en España y 385.000 en Canarias... 7 de cada 10 jóvenes en Canarias están en paro. Las cifras de la vergüenza... Las cifras de las bajas de una guerra, de una guerra que es el hambre, la pérdida poco a poco de los derechos civiles, de la dignidad... Yo no me siento nada bien, nada bien sabiendo esto.

domingo, 21 de abril de 2013

"Antología de poesía hispanoamericana contemporánea" en griego...


Otra buena noticia, esta vez que recibí ayer, y que también quisiera compartir con ustedes es que la poeta y traductora Ati Solerti (Sofía Aryiropulu) me ha comentado que ya se puede leer su Antología de poesía hispanoamericana contemporánea, en griego (la edición, la traducción y el prólogo es de Ati Solerti y el epílogo de Mario Domínguez Parra), para la editorial Vakxikon, en una bellísima edición digital. Aquí la pueden ver, si están interesados... Mis poemas traducidos al griego están entre las páginas 45-49. Poetas como Miguel Ángel Galindo, Angélica Liddell, Jordi Doce, Maite Dono, Rafael-José Díaz, etc., más de una treintena, compartimos espacio en esta antología. Enhorabuena a todos.

Acerca de mi libro "Cinco ensayos sobre poesía escénica"...


Hace un par de días recibí un mail del escritor Sabas Martín acerca de sus impresiones sobre mi último libro Cinco ensayos sobre poesía escénica (Ediciones Idea), que me gustaría y me hace especial ilusión compartir con ustedes. Le he pedido permiso a Sabas para publicarlo por aquí y le ha encantado la idea. Así que ahí va... 

"Amigo Roberto, he leído con gusto y sumo interés tu Cinco ensayos sobre poesía escénica Sólo puedo subrayar la lucidez y profundidad que encuentro en tus reflexiones, dominadas por ese encuentro entre poesía y escena en los tiempos del "teatro postdramático". Recuerdo que hace tiempo Francisco Ruiz Ramón hablaba de la necesidad de contar con instrumentos y terminología específicamente teatrales para abordar el teatro contemporáneo. Creo que en tu libro hay material más que suficiente e interesante para esa "semiótica" de lo dramático, atendiendo a las nuevas y arriesgadas propuestas escénicas.
Tus referencias a Lehmann o a Pavis inciden en ese empeño tuyo de poner nombre, reflexión y utilidad práctica a toda una suerte de tentativas estéticas que configuran una mayor interrelación entre arte y vida, poesía y espacio, dramaturgia y palabra y/o gestualidad. Eso entre otras cosas igualmente reveladoras y, cómo no, radicales. (Es preciso lo radical para avanzar y construir sobre la tradición).
Te diré que me parece un hallazgo también tu enfoque sobre el espectador de hoy, en época de crisis, y lo que tiene de "poética del error" su complacencia en la caída y la humillación (caso de los "realities"), así como su "ocultamiento" tras las redes sociales para contemplar "los procesos de aquellos y aquellas que se atreven a explicarse, a exponerse"... 
Y tus 30 premisas de interpretación para un modelo de conciencia poética en escena son realmente memorables. Quizás porque en el fondo (de eso y de todo lo demás) late la conciencia de lo poético como elemento esencial de transformación, no solo del teatro de nuestro tiempo, también de la existencia misma.
En fin, amigo, que no me queda más que felicitarte y destacar tu rigor y lucidez.
Un fuerte abrazo.
Sabas Martín".



sábado, 20 de abril de 2013

Por eso...

De un tiempo a esta parte me olvido de mis libros, de las miles de páginas que he publicado antes, de tantas cosas... Me horrorizan los límites, los de la memoria, por ejemplo. Creo que no me quedan ejemplares de los libros que escribí, los he regalado todos, o casi, que me ayuden a recordar lo que una vez fui. A veces, tengo curiosidad. Porque en esas palabras se encuentra una parte esencial de mi historia, de mi vida, aunque sea imaginaria, y de mi no vida, de aquellas palabras que reuní tan solo para provocar o para crear espejismos de conciencia. Me preguntan y no lo recuerdo. Me disculpo o me quedo en blanco o me siento como un arqueólogo de mi mente. Cada vez con mayor frecuencia... Empiezo a comprender el asombro o la extrañeza. A veces, temo olvidarme de mí mismo. Por eso, creo que vivo en el presente, o en un presente que no es presente. O en un futuro, que, tal vez, no sea futuro. A veces, solo quisiera que mi mundo fuera una sucesión de colores o de sonidos y no poder pensar racionalmente sobre ello, sino solo sentirlo todo con mucho amor, como alguno de los personajes que en su momento creé en mis libros en beneficio o en perjuicio de un más o menos o un no sé qué o como algunas de mis palabras que alguna vez dije. Incluso las que no dije. Ahora, con algo de distancia, creo que, tal vez, no sea tan importante recordarlo con toda la precisión que merecieron en su día porque de alguna manera lo sigo sintiendo en mí. Y creo que el sentimiento es el lugar más adecuado para precisar la incertidumbre. Y por eso...

miércoles, 3 de abril de 2013

La tercera parte del mundo...

Mi hermano me dijo algo, hace unas horas, después del trabajo, que me ha dejado pensativo... y es que no sé por qué, pero se me quedó mirando y me dijo: "te pareces al protagonista de La mirada de Ulises"... Añadió que sentía que yo venía de vuelta de la vida, que parecía que lo había visto todo... Supongo que sentiría ese cansancio especial que, a veces, se encuentra en aquellas personas que fueron niños viejos, y que en la edad adulta ya sienten como si hubieran vivido cientos de vidas durante miles de años. A veces es difícil de explicar, pero hay una sensación que queda ahí y un peso que sólo quien lo siente lo sabe... y es como si... "llevaras a cuestas la tercera parte del mundo", como diría William Shakespeare. Y es que de repente lo ves... aunque te camufles en la diversión, en la ingenuidad, te cuides, finjas ser animoso, divertido, pero es que hagas lo que hagas, alguien en algún lugar del mundo te reconocerá y tú reconocerás a aquellos y aquellas que "llevan a cuestas la tercera parte del mundo". Y, a veces, es inevitable, pero, en fin, también ese peso forma parte de la belleza.