jueves, 15 de noviembre de 2012

Nadie

Nadie existe aquí. Yo no existo aquí. Canto sin encantamiento. Un botón descosido. La luz perdida entre mis manos. Tengo una puerta. Sí. Es inconsistente. Es un espacio imaginario. Lo sé. Pero es que cuando cierro mis ojos consigo mirarte por dentro.

Los círculos silenciosos...

Los círculos silenciosos discuten sobre las colinas pintadas de alcohol. No veo el paisaje. Pero déjame decirte que los pensamientos llegaron después. Primero fue el amor.

Mirar un eclipse o...

Mirar un eclipse o enfrentarte cara a cara con un poema. Sabes que te afectará cuando aparezca ante tus ojos, pero no sabes exactamente cómo.

Dos, tres, cuatro...

Dos, tres, cuatro veces saltando sobre el mismo pie, con un cuerpo y otro y otro... Saltos en el mismo espacio rodeado de muchas nubes, demasiadas nubes... Las veo, las siento todas, las comprendo todas y volar es muy fácil, volar sin paracaídas, como vine al mundo. Bien. Vale. Dejo atrás la inconsistencia de las palabras más lejanas, a las que nunca conseguiré llegar porque van demasiado deprisa. Pero es que esta velocidad me devora por dentro muy, muy despacio.

Me entrego a...

Me entrego a tus deseos, poema, soy lo que tú quieras que sea. Y siempre ha sido así. No soy otra cosa que un poema a la deriva.

Un poema debe...

Un poema debe su existencia a la inagotable necesidad de ser que todos llevamos dentro.

Alguien que...

Alguien que tropieza dos veces en la misma piedra es un héroe. Yo he tropezado más veces.

Gira

Gira sobre ti mismo. No importa, el timón está perdido. La luz está en ti y no en otra parte.

Adelante

Adelante, la realidad es perversa, pero es tan emocionante.

Yo escupo mis entrañas...

Yo escupo mis entrañas como fogonazos y dibujo dos serpientes alrededor de mi cuello que me acarician y me acarician, no desean acabar conmigo de momento. Jugamos. Sí. Jugamos a los deseos. Pensamos en las utopías. Desnudamos las utopías. Me dejan que llore, pero muy despacio, tan despacio, que es realmente inapreciable. Y me dejan pensar y pensar, pensar en ser feliz, pero con la distancia de los acantilados. Me dejan, sí, que me siente en el desfiladero y que piense, que piense...

Deja que el aire...

Deja que el aire te deforme, que te dibuje como una caricatura de lo que fuiste. Permite que alguien respire tu aliento y pide morir dignamente, grafiteado por el dios que elijas ser.

Hay palabras...

Hay palabras que te permiten comprender, otras no, otras te amenazan y otras te limpian, otras te superan y otras te lanzan, te lanzan...

Supe

Supe que era tarde, pero no cuánto, no cuánto... Los pájaros sobrevuelan mis sienes, mis ojos, mi frente, mis labios... Y soy un círculo maldecido por la gracia, por una estupidez... Levanta, sí, levanta los brazos... Levanto los brazos... Me acojo a mi derecho a ser libre... Me acojo a mi derecho a ser...

Llegar

Llegar al instante decisivo, tocar la luz de un eclipse... ¿Por qué dura tanto? Esta respiración tan intensa, este placer tan intenso, este escenario en ruinas, este ejército de espectros que me interrogan con insistencia acerca de la naturaleza del amor.

A la de tres

Jugar al escondite con los ojos ocultos, sin esperanza, para volver al frío y al momento de la primavera, todo a la de tres, al paso de la percusión de la vida, al paso cojo de la realidad.

Por un momento

Sonríe, sí, sonríe, bajo la mirada atenta del frío. Desnuda el cuerpo de cada palabra y atrévete a deformar su respiración, a crear un nuevo rostro para las cosas inútiles... Describe cómo transitas por la cuerda floja... Y cae, cae, despacio, como si se detuviera el tiempo... como si ya no respiraras... por un momento, solo, por un momento...