Los vientos hacen mover todas las cosas, los vientos de las madrugadas, de los atardeceres que no encontramos, pero que rebuscamos en algún lugar de nuestros recuerdos. Y es que en este atardecer, el de hace un momento, encontré un pedacito de mí que había olvidado... Es un poco tarde, lo sé. Pero sigue siendo esencial.
miércoles, 29 de septiembre de 2010
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