Porque ya no me quedan palabras, sino una especie de tristeza en general que lo envuelve todo y que me doblega lentamente, lentamente... que doblega esta ira, esta desolación, esta necesidad de fingir la vida o de responder a la íntima lucha entre una conciencia trágica y una extraña luz que se apaga, se apaga...
sábado, 4 de septiembre de 2010
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