Hay momentos extraños, días extraños que te imponen un martirio sutil... Hay días que te desafían, que te toman como rehén de la melancolía... Hay días cargados de sueños por cumplir, de deseos que salvan la vida, de pensamientos que rompen todas las cadenas... Hay días que te impulsan en todas las direcciones... Hay días que te dejan con la boca abierta, sentado con una cerveza en la mano y mirando a las estrellas... Hay días que te hacen enmudecer porque tu voz o tu llanto o tu grito ha sido hacia dentro y solo lo has escuchado tú, nadie más. Y porque pintar tu silencio o las primeras palabras de un deseo han durado poco más que un cigarrillo.
miércoles, 26 de diciembre de 2012
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