jueves, 8 de julio de 2021

"Memorias de un objeto. Nausinoos. Oblivion", de Roberto García de Mesa (Santiago de Chile, Mago Editores, 2021)

Muy feliz. La lucha de la supervivencia de los libros depende muchas veces del azar y de la generosidad de personas. Y siempre es una sorpresa que a alguien le pueda interesar algún rastro disperso del pasado a la deriva por un tiempo que es de todos. Hace veinte años terminé Memorias de un objeto (1999-2001). Nausinoos lo escribí en 2005 y Oblivion, entre 2007 y 2008. En su momento tuve la fortuna de verlos publicados en España, al año siguiente. Del primero también hubo una reimpresión en 2006, en otra editorial. Nausinoos se ha traducido al griego, al inglés y al alemán. Estos textos forman parte de un camino poético hacia la objetividad más extrema y la metafísica que emprendí y que abarca casi toda aquella década, junto a otros libros como Puntos de fuga (2005) y Los pájaros invisibles (2005). En estos volúmenes hay una defensa a ultranza y muy radical de la imaginación frente a lo experiencial y coloquial, esto es, frente al canon actual e inamovible de la poesía en español. Han pasado 20 o 13 años de aquello. Una profunda crisis económica, moral y social provocó en mí la necesidad de buscarme de nuevo entre las palabras, de recuperar las palabras que la política y los dogmas habían corrompido o confundido o manipulado, así lo percibí y lo sigo percibiendo. Pero eso es otra historia. En cualquier caso, todavía no he renunciado ni renunciaré a la imaginación como la herramienta más poderosa de transformación individual y social. Me apasiona buscar y encontrar espacios poéticos complejos, refugios de la imaginación donde sobrevivir...

Tal vez no tenga mucho sentido publicar este libro ahora, puesto que va más a contracorriente que nunca, pero he querido hacerlo por algún motivo que aún desconozco. Quizá porque hace veinte años un editor de un país americano quiso publicar Memorias de un objeto, ya que creía en él, pero al final no supe más. Y porque siempre me quedé con la curiosidad de saber qué hubiera pasado en ese continente hermano.

Los tiempos cambian, pero la pasión por la poesía, por la necesidad de creación hasta las últimas consecuencias, no. Hay mucha ambición de juventud (mucho trabajo e investigación) en estos tres libros, quizá demasiada, pero lo cierto es que he disfrutado mucho preparando la edición.
Gracias infinitas al escritor y editor Máximo González Sáez, de Mago Editores (Santiago de Chile), por confiar en la vibración de este libro. Por tanta generosidad, profesionalidad y paciencia. También, mi agradecimiento va al diseñador Sergio Cruz por este precioso diseño que representa muy bien el espíritu del libro. Al escritor Leo Lobos, por presentarme a Máximo. Y de manera muy especial quisiera agradecer al artista visual Augusto Vives la preciosa imagen de portada que ha cedido generosamente para la ocasión, la adoro.



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