Una época donde los Estados, los gobiernos, los políticos temen a las palabras, donde los pensamientos se han rebelado, donde la sociedad está reconquistando el fuego que las hace palpitar. Las palabras, sí, dardos dirigidos al corazón, al conflicto, a la soledad, a la vida y la muerte, a la razón, a la quietud, sombras de nuestras búsquedas esenciales. Despojadas de la lógica. Liberadas del peso de la demagogia. Las palabras que se queman junto a los deseos.
viernes, 22 de febrero de 2013
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