lunes, 27 de septiembre de 2010

Recién llegado

Recién llegado de Madrid. Poco tiempo, pero buenos recuerdos. Calor humano y debate. Amo eso.
Un vuelo de regreso muy largo, pero quizá decisivo para mí. Yo sé por qué.
Mientras leía El actor invisible, de Yoshi Oida, fuera del avión, entre las nubes, me alumbraban los destellos de los relámpagos de cien tormentas juntas.
Y ando perdido en las selvas de la mente, aunque tal vez en el mejor de los limbos posibles.

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