martes, 30 de junio de 2009

La cultura de la impunidad

En su Informe Anual 2009, publicado el pasado 28 de mayo, Amnistía Internacional ha constatado cómo los casos de tortura y malos tratos durante el año 2008 y los primeros meses de 2009 se produjeron de forma generalizada en todas la regiones del mundo. 107 países, de los 157 que analiza la organización han practicado tortura y malos tratos a manos de las fuerzas de seguridad, la policía y otras autoridades del Estado.
Esto significa que, pese a la prohibición universal de la tortura, en más del 50 por ciento de los países del mundo se han aplicado estas prácticas. Una cifra que se sitúa en el 79 por ciento cuando nos referimos a los países que integran el G-20.
“Con demasiada frecuencia, las víctimas siguen indefensas porque sufren un sistema de justicia que no exige rendición de cuentas a los responsables, y no cuentan con acceso inmediato a representación letrada. En muchas ocasiones, los fiscales no emprenden investigaciones, las víctimas tienen miedo a ser objeto de represalia si denuncian, y las penas que se imponen a los agentes declarados culpables son muy leves. El resultado es que en muchos lugares se ha perpetuado una cultura de impunidad”, señaló Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España.

sábado, 27 de junio de 2009

Entrevista

Ayer me hicieron una entrevista de 40 minutos en una radio local, al parecer, sobre toda mi obra, y no estuvo mal, pero en un momento dado el entrevistador me formuló este comentario en antena, que me extrañó y he de reconocer que sigo sin comprender bien desde principio a fin: "La masa piensa de usted que es demasiado culto". Y yo, me quedo un poco parado por la expresión y le digo: "A qué masa se refiere... Porque, como decía Sloterdijk, seguimos siendo masa, pero no nos vemos". Y me explica: "Bueno, bueno, quiero decir que la gente dice de usted que tiene mucha cultura y que no llega a las personas". Y para continuar el absurdo de la conversación le respondo: "No entiendo bien lo que quieres decir". Y me aclara: "Que a mí me llaman mitinero, y de usted se dice que es demasiado culto". "Bueno, pues no soy muy consciente de ello, la verdad", le contesté. Y el entrevistador añade: "Tampoco hay que sentirse culpable porque le llamen a uno culto". "No, no es eso, sino que yo no me planteo si soy culto hablando o escribiendo, sencillamente me sale así", respondí finalmente. Y creo que la conversación dejó de ir por aquellos derroteros, menos mal, cambiamos de tema...
En cualquier caso, cuando salí de aquel lugar, ya en la calle, pensé que asisto al fracaso de la educación en este país... Y lo entiendo todo cada vez menos...

jueves, 25 de junio de 2009

Hoy

No puedo decir que me haya equivocado.
No puedo socorrerme porque me aplasta mi propio silencio.
No puedo explicar un momento tan difícil como éste.
Quizá llegue un día en el que lo pueda hacer.
Pero hoy me rindo.
Hoy el silencio me ha vencido.
Una forma de silencio incómodo.
Un pulso con la voz.
Un suspiro lento, progresivo, insolente conmigo mismo.
Un abismo interminable.

martes, 23 de junio de 2009

New Africa

I'm calling all sons of Africa...

Así comienza la mejor canción, el mejor himno que se ha compuesto sobre África. Es una canción de Youssou N'Dour, se titula New Africa. Gracias, gracias Youssou. No he podido abandonarla en estos dos últimos días.
Queda tanto por hacer y hay tanto que aprender...

Sueño (III)

He tenido un sueño. Un sueño de pájaros. Los escucho en la oscuridad. Enciendo una cerilla. Una corriente de aire se lleva mi cara. Y la luz.

Réquiem

Descansé
mi frente
sobre
una alfombra
azul.
Moría
entre
dos cuerpos
celestes.

lunes, 22 de junio de 2009

El sujeto de los otros

He buscado una definición.
Pero pensar poéticamente no es definir.
Si no pudiera pensar, sería un auténtico poeta; no, poema.
Cierto es que uno no puede ser sin el otro.
Y el otro es mi propio juicio.
El resultado de mí.
Porque soy un aspirante de todo... lo necesario.
Pero hay veces que no distingo lo que soy.
Cuando te miro a los ojos, poema, empiezo a comprender.
Porque la escritura me divide.
Llego a ser un despojo de mí.
Escribo para desprenderme.
Sin desnudos.
Escribo para deshacerme de mí.
Pero sin ser yo.
El yo queda en el camino.
Estoy en un espacio intermedio.
Al desprenderme, no hay nada.
Dejo de ser lo que fui, lo que soy, lo que seré.
En esos momentos, noto la violencia del intercambio.
Y el pensamiento romperse en mil pedazos.
Llegado a este punto, no me pertenezco.
Y todo es posible.
No hay nostalgia.
No hay visiones.
Se anulan los ritmos.
Soy otro, soy otra.
Algo distinto que, ya, no me confunde.
Un borrador, una prueba de que no existo.



Padezco la crisis de los objetos.
Somos dos.
Los dos que son muchos.
Luchamos en paz.
Vivimos un pulso en silencio.
En ocasiones, dejo de ser yo para ser ellos en segunda persona.
Relajo la fractura de la imaginación.
Abandono la experiencia de los límites.
Ellos me dejan ser lo que no soy.
Por unos instantes, se disputan mi ausencia.
Luego, la crisis se libera de mí.
Decrece la intensidad.
El pulso regresa al ritmo de la meditación.
Casi imperceptible, noto mi diferencia.



Existe un dolor desconocido.
Vivir en paz debe producir dolor.
Ese otro dolor.
Crear sin resultado.
Crearse a uno mismo.
Recuperar la piel.
El peso de la conciencia.
Ubicarse en las razones.
Olvidarlo todo.
Olvidar el dolor.
Inventar la fiebre.
Crear la sed.
Abandonarse.
Descubrirse.
El dolor sirve para olvidarse de uno.
He fabricado mi propio dolor.
El otro dolor que es mi dolor.
Ser para mí, para ti.
Soy el instrumento de mi violencia.
Es tuya.
El circuito de mi sangre es tuyo.
Distingo el sentido de la palpitación.
Compréndeme.
Ando sin respirar.
Con un cuerpo, una piel, una velocidad distinta.
Descubro que no soy el que quería ser.
Me regalas un ramo de máscaras.
Otras voces, otros momentos.
Respiro con un sonido equivocado.
No parece que sea yo.
Por eso, me visto igual.
El mismo traje, aunque distinto.
Una máscara. Otra máscara.
La misma sensación de estar equivocado.



Soy una diferencia.
Soy lo íntimo.
Los otros son el resultado de lo que soy.
Me acompañan, pero no saben qué soy.
Soy el pensamiento, girando a revoluciones imposibles de medir.
Soy la figura que no hay en mí.
El otro que huele a mí.
Me multiplico y giro, giro alrededor de mí.
A cada vuelta me voy llenando de los otros.
Mi nombre es el suyo.
Soy un nombre que abarca todos mis nombres.
Me repito para diferenciarme.
Soy la experiencia de los otros.
La palabra imprecisa de lo íntimo.
De la negación de lo íntimo.
La identidad disimulada.
Disociación de los muchos que hay en mí.
Lo imposible deshaciendo lo pensado.
Fuera de mí, el eje del movimiento y de los actos inconclusos.
Soy el instante no vivido, aunque armonizado en lo no escrito.
Soy el desaparecido.
El sujeto de los otros.
El ninguno de los otros.

domingo, 21 de junio de 2009

Sueño (II)

He tenido un sueño. Delante de mí estaba yo, mi otro yo. Ninguno decía nada. Ninguno hizo nada. Tan sólo nos mirábamos mutuamente. En paz. De pronto, empezó a caer una lluvia muy fina y mi doble se desvaneció. Me quedé solo, mojado, mirando al infinito y sentí una gran alegría. Y así dejé que aquella lluvia también traspasara mi júbilo.

Dos aforismos

Yo me aíslo para vivirme.


*

De todos los afluentes está compuesto el mar.

Instante (II)

Sobrevivir lentamente.
Sobrevivir a uno mismo.
Con el tiempo detenido.
O fuera de todos los tiempos.
Sobrevivir un instante.
Y no compartirlo con nadie.

Vértigo

Los ecos.
Las constelaciones.
Los movimientos sutiles de las pequeñas cosas.

Tocar otros mundos.
Tocar este mundo.
Tocarlo todo.
Y no tocar nada.

Los susurros de las pequeñas cosas.
Lo que se mueve sin moverse.

Como que lo ves, como que no lo ves.
Y vuelta a empezar.

Los ecos te siguen a todas partes.
Buscas en tus rincones interiores.
Y ahí están.
Y fuera de ti.
Fuera.
Por eso los escuchas.
Por eso siempre están ahí.
Por eso te abrazan y te atemorizan por dentro.
Como cuando ves el abismo marino.

Sensación de vértigo.
Sensación de olvido.

Te extingues cuando ves el abismo.

Borras tu silueta.
Borras tu respiración.
Borras el silencio.
Porque ni siquiera el silencio puede oírte.

Sueño

He tenido un sueño. Andaba sobre un camino de clavos y llegué a una puerta oscura. Mis pies sangraban. La abrí y había un bosque muy espeso, con niebla. Apenas podía ver. Me resbalé y caí cuesta abajo. Llegué a un lago. En él bebía agua una pantera blanca. Nadé hacia ella y lamió las heridas de mis pies. Luego, me condujo hacia un acantilado. Y ahí desperté, desnudo, sobre mi cama. Sudaba, pero hacía frío. Mucho frío.

sábado, 20 de junio de 2009

Ponencia sobre Galdós en Las Palmas de Gran Canaria

Esta semana se celebró el IX Congreso Galdosiano. Fue una maravilla. A mí me tocó leer mi ponencia el primer día, el lunes 15 de junio ("Los paraísos artificiales en la novela galdosiana"). Compartí mesa temática (Teoría de la novela), con Liana Ewald (Universidad de San Diego State, EE. UU.), con Luis Bautista Boned (Universidad de Valencia, España) y con Peter Bly (Universidad de Queen's, Canadá), que actuaba como presentador-moderador. Fue muy agradable todo, la recepción estupenda y muy generosa por parte del público. Y la organización, capitaneada por la profesora Yolanda Arencibia, catedrática de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, inmejorable. Un abrazo a todos desde aquí.

Respirar

Respirar a la luz de un instante perdido.
Respirar porque sí.
En medio de la armonía nocturna.
Respirar en mitad de un sueño.
Respirar.
Salir a la superficie y hundirme de nuevo en mí.
Caer, caer libremente al fondo de uno.
Respirar sin aire.
Respirar con la sombra de una palabra.
Y salir de uno, del otro, de todo,
del futuro, del mundo eterno.

viernes, 12 de junio de 2009

Otro lugar

Escucho a Steve Roach. En segundos ya estoy en otro lugar. En un crisol de herrumbres que se retuercen en mi cabeza. Yo ya no soy un rostro, sino la inexpresión de un rostro, una mirada perdida, anciana. Y recuerdo instantes, sensaciones, palabras. Cierro los ojos y escucho la vibración del palmeral nocturno. Y de voces que se pierden en la calle, ecos de sombras invisibles que no saben que existo. Caminan sin mirar. Les observo a través de sus sonidos, de sus palabras salpicadas de angustia y de sus silencios intencionados. Yo siento el dolor de multitudes, la ausencia. Yo siento el canto perdido de las sombras.

jueves, 11 de junio de 2009

Utopía


Nunca terminaban las reuniones de Estado. A la mitad del discurso, unos se dormían y otros comenzaban a hablar, pero también se rendían ante tremendo sopor. Aquella tribuna pública se llenó de tantos sueños que el país entero fue incapaz de levantar sus párpados.

(Inédito).

lunes, 8 de junio de 2009

¿Y quién representa a la mayoría?

"Las elecciones al Parlamento Europeo registraron una participación del 43,01 por ciento, una cifra que supone un mínimo histórico".

"Las encuestas sugieren que los comicios han estado marcados por una apatía generalizada de los votantes y un deseo de los ciudadanos de castigar a sus gobiernos por el manejo que han hecho de la crisis económica".
"En España acudió a votar el 46 por ciento"...

sábado, 6 de junio de 2009

¿Dónde están los librepensadores en España?

Me temo que escondidos están los pensadores libres en España. Con las elecciones europeas a la vuelta de la esquina no se escuchan voces libres, juiciosas. Sino dos partidos, esencialmente dos, los demás apenas tienen presencia, las dos Españas, que compiten en quién puede ser la más demagoga, la más mezquina, la más oportunista. En los medios de comunicación se viene asistiendo al mismo juego con el fin de llegar, aparentemente de una manera un poco más apolítica, a la sociedad civil, a través de los periodistas y comentaristas, pero a aquella parece haberla tristemente "salvado" la crisis. Y lo digo con estas palabras porque la sociedad civil me parece que no quiere palabras, sino hechos, demostraciones de unidad, soluciones a los problemas más inminentes: el paro, la pobreza, el hambre. Por ello, la política, los políticos deben dar la talla, y no la dan. De 100 acciones, menos de 10 pueden ser aprovechables para la sociedad, el resto no se sabe. Esta es mi impresión. De cada 1.000 políticos, uno tiene vocación de servicio a la sociedad; de cada 1.000 gestores, uno hace su trabajo bien y beneficia a la sociedad... ¿Por qué los demás, no? ¿Por qué la política es igual a demagogia y engaño? ¿Por qué cada vez más hay un gran vacío entre la clase política y la sociedad civil? Lo que se ve es que la mayoría superpone sus intereses individuales o partidistas por encima del bien de la sociedad. Yo no confío ya en ningún partido político, aunque sigo creyendo en la democracia. Hasta que no vea que unan sus esfuerzos de una manera efectiva y clara, hasta que tenga la sensación de que no se desperdicia el dinero público, el de todos, en gastos innecesarios, hasta que no se bajen el sueldo todos los políticos de este país, hasta que no tengan otra actitud más constructiva ante los graves problemas que padecemos todos, mientras no se respete verdaderamente la libertad de expresión, aunque se diga lo contrario, mientras no desaparezca la especulación... mientras el Congreso, el Senado o los Parlamentos, es decir, donde toman las grandes decisiones nuestros partidos políticos, continúen sin demostrar, en los principales problemas, ejemplo de buen gobierno, yo seguiré sin ir a votar. Ni siquiera me molestaré en votar en blanco. Sencillamente no iré a votar a las elecciones ni de España, ni de esta Europa hipócrita, racista, clasista y mal llamada primer mundo.

viernes, 5 de junio de 2009

El teatro y la crisis


¿Por qué se discute tanto acerca de la naturaleza del teatro? ¿Qué tiene el teatro que alimenta la necesidad de investigarlo cada vez más por parte de quienes contribuyen a su desarrollo? Sólo puedo decir que el teatro es la representación del mundo por un motivo, porque expone ante los seres humanos una lección magistral de la vida: la de su cambio. Entender este concepto capital quizá nos haga más taoístas, pero lo cierto es que cuando se respira el teatro se piensa en algo tan antiguo como la propia humanidad. Toda ella se ve representada y participa en cada proyecto. No es de extrañar, entonces, que siempre se encuentre en tela de juicio o al límite de expectativas. Por ello, es discutido y discutible. Por ello, es necesario fabricar una opinión.
Cada época, cada sociedad tiene sus etapas de crisis. Y hoy, en España, estamos ante uno de esos graves momentos en los que conviven en el mundo de la escena algunos defectos que hay que solucionar con urgencia:
1) El apego al ombliguismo y a la necesidad de imponer limitados criterios.
2) Una falsa politización de la sociedad.
3) La carencia de intención innovadora, de poeticidad, de afán por encontrar nuevos caminos de libertad expresiva.
4) Que paradójicamente los peores enemigos para el teatro están dentro de la misma profesión.
5) La sumisión a las convenciones y el miedo al fracaso.
6) La excesiva atención prestada a las opiniones de algunos productores y gestores que creen conocer a todos los públicos.
7) El sometimiento de los mismos artistas de las compañías a criterios de éxito verdaderamente incomprensibles.
8) Creer que el público da la felicidad.
Por ello, urge un teatro más vocacional, más honesto, que recorra de nuevo todos los espacios, con una idea multidireccional del hecho artístico. Que no se boicotee a sí mismo. Porque hoy, me dicen, ha vuelto a las salas. Porque me dicen que no se pueden mover las butacas, se venden menos entradas. Que no se puede manchar el oro de las paredes. Que los actores, que los productores, que los críticos marcan el rumbo del teatro, y que los políticos pagan la cultura, crean la cultura, son la cultura... Porque la tradición se ofende si purgamos el interior, lo que dicen que es el corazón del teatro. Nos encanta decir disparates.
¿Cómo representar al ser humano desprogramado en un espacio programado con antelación, previa venta de localidades?
Los teatros no son una garantía para el auténtico teatro. La política y la gestión no hacen necesariamente la auténtica cultura, sino una parte insignificante de ella. Una parte del edificio, una parte del exterior que siempre está deteriorada y nadie sabe explicar por qué.
Yo digo, además, que la esencia del teatro no está en las demostraciones de poder, sino en el interior de cada uno de nosotros. Y, por ello, es el espacio la gran sala de la humanidad, y el movimiento, el dispositivo que le da sentido. El teatro no puede darle la espalda a la modernidad, ni a la posmodernidad, pero tampoco al hecho poético entendido como espacio y movimiento, ni a la acotación, ni a la imagen, ni a los cambios de una energía incesante y honesta.
La obra teatral debe tener aliento poético. Hay que devolver al teatro esta característica esencial, pero desde el principio, desde la primera piedra, desde la escritura, desde el primer silencio del dramaturgo. La palabra o cualquier gesto sólo debe coincidir con uno mismo. Un artista no debe igualarse con nadie. Debe parecerse a quien es en realidad. Y ahí buscarse hasta caer muy dentro de uno. Allí se encontrará. Y los tópicos de la representación ya no constituirán un impedimento porque todo es posible en cualquier lugar del mundo. Porque las mejores son las revoluciones interiores del ser, las únicas en realidad. En ese modelo sí creo. En este salto al vacío. En la emoción que mueve la satisfacción estética, en el descubrimiento del conocimiento y no en la mera exposición de experiencias soporíferas. En una mirada crítica, más objetiva, que esquematiza lo humano, más rica en cuanto genera una mayor autonomía respecto del autor, más visual, sonora, simultaneísta, carnal, tecnológica...
El arte debe estar siempre al margen o contra las luchas del poder. La libertad expresiva sólo puede alcanzarse con una actitud de despojamiento. Y no importarán las consecuencias porque siempre hay soluciones para llegar a esta forma de libertad. Nadie, ningún poder, ninguna marioneta pública o privada ha podido, ni podrá evitar esto.

Cinco aforismos


Viste el final del camino y no viste el camino.

*

Conoce lo que existe por lo que no existe.

*

La vanidad se mide por los años de aislamiento.

*

Quien escribe sobre sus deseos, se olvida de sus deseos.

*

El azar creó el primer modelo y éste el siguiente.

Mi ensayo más breve...

... es una página en blanco, por fortuna.

Mi cuento más breve...

MUERTE NATURAL
Murió de hipnosis.

Mi poema más breve...

ISLA
alfa
andrógina

jueves, 4 de junio de 2009

Escribir y pintar

Escribir para resolver un puñado de miedos.
Escribir para desentrañar una ecuación cosmológica.
Pintar a toda la humanidad en un trazo, en un gesto que suene a música irregular.
Pintar y decidir.
Pintar y arrancarse el miedo de los ojos.
Pintar para ser el más violento y el más lógico.
Pintar para descubrirme en los ojos del vacío.
Del peso y de las formas, de lo esencial.
Prescindir de los aciertos.
En mitad de una estética del error.
Del cambio.
La belleza en esos espacios intermedios.
Donde el movimiento es lo vivo, y el vacío, la esencia de la libertad, la esencia de la metamorfosis. Y no pensar.
Decidir, decidir no pensar.
Tensionar los polos.
Un no pensamiento.
El libre pensamiento.
Y ver las cosas de otro modo.
Ser.
Provocar.
Provocar para descifrar los lazos que tocan los extremos.
Nada es más imperfecto, y nada es más perfecto.
Escribir para descomponer la realidad.
Escribir para descomponerlo todo.
Escribir para reconocer la violencia del gesto o el no pensamiento del gesto.
Escribir para hablar sobre la escritura.
Sobre uno y todo.
Sobre lo que importa y lo que no.
Sobre lo que te mira y lo que no.
Sobre lo que somos o algo parecido.
Sobre un instante de representación que se ha perdido en las brumas de una línea imperfecta.

Conferencia sobre Harold Pinter en la Escuela de Actores de Canarias


El pasado 25 de mayo di una conferencia sobre algunos elementos dramatúrgicos del teatro de Harold Pinter a los alumnos de 3º de la Escuela de Actores de Canarias, en el entorno del taller de final de curso. Me lo pasé muy bien con ellos. En breve, llevarán al espacio escénico del centro la obra Escuela nocturna, del autor británico. Les agradezco la invitación desde aquí a Elena, Esther e Isabel. Espero que todo salga bien.

miércoles, 3 de junio de 2009

¿Qué es el arte joven?

La etiqueta de "joven" cada vez es más utilizada. En muchos casos, su uso responde a diversas intenciones que parecen no ser demasiado honestas.
En realidad, es una manera de clasificar a un grupo de artistas en un cajón de sastre que no dice gran cosa. El sistema ha creado esta variante como un medio para controlar, a través de la promoción, la rebeldía de la juventud. En apariencia todo el mundo gana algo, por eso se ha consolidado. Al promocionar con la etiqueta de "joven", se oficializa lo joven. Al promocionar con la etiqueta de "joven", se evita ser crítico, y en el "mejor" de los casos se simula serlo. Porque no hay que olvidarlo: hoy sólo se puede ser crítico, siempre que se vaya por el camino "críticamente" preestablecido, si no, todo es tachado de incómodo y de hasta inverosímil. Los verdaderos extremos no caben aquí, la verdadera crítica no funciona en este contexto. Es una simulación.
La etiqueta "joven" le sirve al gestor cultural que organiza el acto para obtener fondos y promocionar con buenos sentimientos a los creadores "jóvenes" y convertirse en un aliado del político de turno, al que, por cierto, le interesa hacerse la foto con los autores "jóvenes" que despuntan en la región o en el país. Siempre queda bien.
Cualquiera que sea capaz de mirarse a sí mismo puede darse cuenta de lo que digo. Hace falta algo de autocrítica, que no viene mal. Hace falta pensar que los autores son autores, simplemente, con independencia de su edad. Porque también esta etiqueta oculta algo, no menos espantoso que lo que acabo de decir: la necesidad de controlar el talento de los demás y de anular o confundir el verdadero talento. Porque, luego, viene la otra coletilla, ya clásica: todavía es muy joven y le queda mucho por hacer...
Un autor que cede a la tentación de las etiquetas de lo "joven" se encontrará, en realidad, con que está en un espacio programado, en un acto egocéntrico, en un contexto que no dice, ni pretende proponer absolutamente nada en serio, donde su presencia está por hacer y donde, por tanto, llegará a ser alguien, quizá. Y donde, al final, incluso, hay que agradecer que te hayan invitado.
Admitir esta coletilla, tal y como se viene utilizando, la de ser "joven", y en este contexto, significa para mí estar en mitad de ninguna parte.

Experimentar

Si digo experimentar, no digo nada o lo digo todo. Digo jugar, digo profundizar en las posibilidades de algo, digo que veo las cosas de otras maneras posibles...

Y por qué, a veces, se dice que experimentar va reñido con la honestidad? Por qué no se es verdadero experimentando? Por qué quién experimenta repite modelos anteriores? Por qué todo está dicho ya?

Precisamente, la búsqueda de la verdad no se puede conseguir sino rompiendo las reglas del lenguaje y del pensamiento. En realidad, las reglas que sostienen nuestra mirada de las cosas.

La búsqueda de la verdad nos lleva al abismo y la libertad nos hace cruzar el abismo.

martes, 2 de junio de 2009

José María Millares Sall

Cuando a José María Millares Sall le tocó leer su discurso en la recogida del premio Canarias, hace unos días, muchos pensaron que hablaría de la "crisis del mundo", de la política... Pero no, habló de poesía, de las palabras... A través de la televisión se podían ver los rostros de muchos espectadores, miraban incrédulos aquella exhibición de virtuosismo literario y buscaban, entre las palabras, algún resquicio de "verdad social".
Empecé a comprender aquello.
Porque hoy no se habla de poesía, ni de literatura, ni de la dificultad del poema, ni de las penurias, ni de la soledad del escritor en su laberinto.
El poeta, nacido en 1921, antes de leer dijo: "gracias, gracias por lo que han hecho conmigo hoy, nunca lo olvidaré". "NUNCA LO OLVIDARÉ". A partir de ahí comencé a emocionarme. Y mientras el poeta hablaba de las palabras, los políticos, también algunos espectadores, daban la impresión de no saber qué hacer, ni qué pensar. Y mientras sucedía esto, yo lloraba ya como un idiota de otro mundo.
Y creo que el público debió entender algo de aquello porque recibió una gran ovación. El poeta anciano, autor de Liverpool, entre muchos otros títulos, pintor y músico, luchador de las libertades sociales y de los derechos humanos y gran experimentador del lenguaje, se levantó a saludar. Y, al poco tiempo, se escuchó por un altavoz "a continuación, hablará el presidente del gobierno canario". Y antes de que el poeta volviera a coger asiento, en medio de la ovación, (no tuvo más remedio que saludar tímidamente y sentarse), entre las brumas de unos aplausos que no eran suyos, el otro, que podría ser cualquier político en realidad, se dispuso a hablar sobre la crisis económica.
Yo estaba en carne viva, con lágrimas en los ojos... Y aquello me pareció una verdadera estampa de crisis de valores. Apagué el televisor. Para disfrutar del silencio y de las palabras. Tan queridas y tan verdaderas, las del poeta...

Vigilar

El que no sabe vigila a quien sabe.

Escribir

Escribir para no cambiar nada.
Escribir para volverse absurdo.
Escribir para devolverle a la melancolía la violencia del amor.

Dignidad

La dignidad depende del grado de resistencia a la violencia.
Con la no violencia.
La dignidad depende del momento en el que vas a contracorriente porque no te da la gana de continuar por un camino marcado.
La dignidad depende de tu capacidad para pensar libremente.
La dignidad depende del grado de honestidad que le aportas a todo.
La dignidad depende de un sí o de un no.

Esto no es un post

E
s
t
o
n
o
e
s
u
n
p
o
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Seriedad

Qué es?
Ser ser.io...
Ser ser.io.te...
La palabra no se ve de la misma manera.
Nunca.
Vigílenla.
Se pueden ir con ella o sin ella.
Ustedes elijan.

Post (cara b)

Algo que dices después de algo.
Algo que no quieres decir cuando dices algo.
Yo soy un post, tú eres un post, todos somos un post.

Voluntad

Voluntad de abandono.
Voluntad de ser feliz.
Voluntad de encontrarse.
Quizá estéril.
Dentro de ti mismo.
Dentro de una diferencia.
O de un extremo.
O de un extremo.

Lejos

Lejos del dolor.
O en el dolor.
Lejos, lejos, para siempre.
Hay un lugar donde se escuchan las voces de los muertos.
Hay un lugar muy cerca.
Que me pregunta algo.
Con un leve gesto.
Un pensamiento en acción.
O una acción en el pensamiento.
Un soliloquio eterno.
La voz de uno.
Un concierto con un solo instrumento.
Un color.
Y una palabra.
Lejos, lejos.

Política

Sainete, sainete, sainete.
Y a quién votamos?
A quién?

Saber

Porque sí.
Saber de la duda.
Saber que el contrario te mira en silencio.
Saber quién es mi contrario.
Saber que soy mi contrario.
Saber que soy mi propia duda.
Y sí.
Saber que la duda mata.

Lo fácil, lo difícil

Libertad, sin condiciones.
Libertad sin decir.
Libertad.
A veces, digas lo que digas, dará igual.
Nadie quiere escuchar un aire auténtico.
Nadie.
Porque la guerra está en el interior de cada uno de nosotros.
Y no es fácil de ver.
No.
Y qué libertad?
Qué fe?
Qué amor?
Todo se olvida.
El dolor se olvida.
Entre las brumas de un miedo a la libertad.
Entre las brumas de las discusiones estériles.
Entre las brumas de la política, del humo, del combate.
Qué es más fácil?

José Antonio Padrón, el teórico del fetasianismo



Hace unos diez años que investigo con cierta profundidad esto que llaman el fetasianismo. Y lo digo de esta manera porque de constituir un concepto ajeno para mí se ha convertido en una idea muy cercana y lo suficientemente asombrosa e inquietante, a la vez, como para atraer mi atención crítica. Una idea persiste en el tiempo cuando contiene altas dosis de misterio, algo desconocido que motive de manera insistente a los que se acercan a sus puertas, algo que cada cierto tiempo incite a encontrarse y desencontrarse en ella. Esto es lo que sucede con fetasa, nombre extraño nacido así por un accidente, por un azar, o, posiblemente, por el talento de Rafael Arozarena cuando algunos miembros del grupo de escritores fetasianos, en una de sus tertulias, intentaban ligar el pensamiento de Pitágoras con el de Kierkegaard. Esto es lo que me contó personalmente a principios de este siglo el propio poeta y que recogí en mi libro Conversaciones con Rafael Arozarena, publicado por la editorial Benchomo, en el año 2004. Entre 1996 y 2000 llevé quincenalmente una página titulada "De las artes y de las nuevas letras canarias", en el periódico El Día. Con motivo de la película Mararía quise entrevistar a Rafael Arozarena para dicho diario y, después de nuestro encuentro, me llevé a casa demasiado material interesante, del que sólo podía publicar una mínima parte. Así que le propuse a Rafael realizar un libro de conversaciones. Aceptó gustoso y comenzamos a finales de 1998. La compleja aventura, repleta de dificultades de todo tipo, duró unos cinco años, hasta publicarse en el 2004, como he señalado antes. Pues bien, a partir de mis encuentros con Rafael, empecé a escuchar el nombre de José Antonio Padrón (Tenerife, 1932-1993) de múltiples maneras. Hasta aquellos momentos, sólo era un nombre en una selecta lista de autores fetasianos. Un día, en una de nuestras sesiones, en este caso muy importante, puesto que Arozarena me explicaba cómo había comenzado todo y su visión de lo fetasiano, hablamos de Padrón, como el teórico del fetasianismo. En el citado libro se encuentra en el capítulo 7 (pp. 59-72). A continuación, reproduzco la breve conversación acerca de este asunto:

R.G.M.: ¿Redactaron ustedes algún manifiesto fetasiano?

R.A.: No. Aunque se pretendía, primero teníamos que entender lo que era fetasa. Nuestro teórico era José Antonio Padrón, estaba empeñado en sacar una especie de manifiesto fetasiano al que seguiría una explicación y parte de la filosofía, pero se enfermó y murió. Sé que llegó a elaborar algunos esbozos, que, posiblemente, tendrán sus hijos.

R.G.M.: ¿Qué publicó José Antonio Padrón?

R.A.: En 1989 publicó una novela titulada Tubalcaín, setenta veces siete, en la editorial Alcandora, de Madrid.

R.G.M.: ¿Qué le parece esa novela?
R.A.: Es una novela estupenda, completa, con una historia muy densa, una especie de La Montaña Mágica, de Thomas Mann, pero sin desmerecer mucho. Pero, claro, la gente no está por esos rollos. Su problema fue el de siempre: la distribución, no hay por ninguna parte ejemplares. Pasó totalmente desapercibida. (pp. 67-68).

A continuación, le pregunté por la obra crítica colectiva Fetasianos, realizada por diversos investigadores, a principios de los años 80, la cual aspiraba a llegar al fondo del asunto fetasiano, y pude comprobar que sólo estaba dedicada a analizar los trabajos de Isaac de Vega, de Rafael Arozarena y de Antonio Bermejo. ¿Y qué había sucedido con José Antonio Padrón, el teórico del fetasianismo, como lo denominaba Rafael Arozarena? Claro está que Padrón publica mucho después su novela Tubalcaín setenta veces siete, en 1989, pero ya estaba terminada, desde 1973. Por una de las casualidades de la vida, cuando casi estaba por editarse el libro Conversaciones con Rafael Arozarena, coincidí en una reunión de amigos con uno de los hijos de Padrón, Celso, y hablamos largamente sobre su padre y que nadie se había interesado en serio, después de su muerte, por sacar a la luz toda su obra. Entonces, mi vida siguió embarcándose en otro capítulo del viaje fetasiano. Sobre todo porque Rafael Arozarena ha construido el concepto de fetasa básicamente con el misterio, algo que para él es inherente a la poesía y a cualquier faceta de su vida, articulado a través de cierto juego de parábolas, historias, anécdotas, que ayudan a crear todavía una mayor imprecisión sobre el asunto. Realmente, esa podría ser una de las causas por las que se insiste una y otra vez y mucha gente no llega a nada con este concepto. Pensé que en el juego fetasiano había una pieza fundamental que faltaba y era Padrón. Así que tomé contacto con la familia (su viuda, María de la Concepción Fernández-Maillard, y sus otros hijos). De todos ellos, Rafael, el menor, tomó la representación familiar, en cierta manera, y juntos avanzamos por la senda de su padre, llevando a buen término la edición de las Obras Completas, de José Antonio Padrón (Ediciones Idea, 2007). El manifiesto al que se refería Rafael Arozarena se convirtió en un ensayo que Padrón publicó en 1988, en el primer número de la revista Fetasa, dirigida por su buen amigo Juan José Delgado y el principal especialista de los autores fetasianos Isaac de Vega y el propio Arozarena. Lo que tenía claro es que había un espacio vacío. Así que estudié el ensayo de Padrón y su obra y pude encontrar realmente, luego, al contrastar con el mundo de Isaac de Vega, de Rafael Arozarena y de Antonio Bermejo, la íntima relación entre todas las obras. Y llegué a la conclusión de que todo aquello era una gran obra única, de que todas las piezas se complementaban entre sí con asombrosa precisión. Si uno se acerca al ensayo "Lo fetasiano", de José Antonio Padrón, podrá encontrar que el tema principal es la muerte, ¿y qué hay después? Esa es la gran pregunta que se hace este grupo, también la humanidad se ha hecho esta simple cuestión de una manera insistente. Por ello, lo fetasiano está en todo. Isaac de Vega en Fetasa, su novela más célebre, no hace otra cosa que explicar lo que él considera que es un viaje por el más allá hasta reencarnarse y volver a caer en el mundo bajo otra forma distinta. Y eso es el fetasianismo, precisamente: la búsqueda del conocimiento a través de imaginar la propia muerte. Esto no es una corriente moderna, ni contemporánea, por eso, quienes han querido buscar una relación con la actualidad, sólo pueden cuestionar si es existencialista o no. Pero esta idea es tan antigua como la humanidad. Por ejemplo: éste es el motor y no otro el que mueve precisamente la idea de la inmortalidad del alma en Sócrates o en Platón: imaginar la propia muerte para enfrentarse a ella a través de la filosofía. Y cuando los fetasianos llegaban a Dios, no podían seguir más allá, por eso inventaron un concepto superior a él: fetasa. Así podrían pensar acerca de los otros mundos. José Antonio Padrón señala que el ser fetasiano es el que siempre duda, el que huye en un estado de vacío absoluto. Para llegar a una actitud templada acerca de este tema tan importante, este autor propone un aniquilamiento del yo, de la superioridad de la visión humana, para eliminar el miedo a la muerte y entrar en el estado de misterio que lo envuelve. Para que se dé esta eliminación, el yo recurre a la imaginación de la propia muerte, a gestar, por ello, otras realidades, a pretender ir más allá de la vida y la muerte, a la abolición de los conceptos de espacio y tiempo tal y como se entienden habitualmente, a la eliminación de la frontera entre la realidad y la ficción, a la voluntad de trascendencia de la condición humana persiguiendo una nueva forma de estar en el mundo o a la atracción hacia lo demoníaco, como una negación de la creencia y de la experiencia. Padrón sostiene que la reducción fetasiana ha de realizarse con tareas de despojamiento de la realidad, viviendo imaginativamente su agonía o su muerte. Todo ello se llevaría a la práctica a través de la realización de tareas humildes y azarosas, de la automarginación, de la búsqueda del silencio y de la soledad proyectadas hacia lo cósmico, a través, también, de la preferencia por intereses científicos hacia todos los campos que no sean puramente definitorios de lo humano, o por la vía de la búsqueda de la indagación metafísica, por la vía de los sentimientos, lo onírico, la fantasía, la alucinación y el absurdo. El hombre fetasiano, como diría José Antonio Padrón, no posee metas, resulta impulsado y perseguido por una realidad ensombrecida y deslumbrante que descubre por breves momentos la cara oculta de lo infinito. Muchos encontrarán relaciones con diversas doctrinas de carácter religioso, místico, o de tipo nihilista y existencialista tanto occidentales como orientales, porque estamos ante una búsqueda universal de lo trascendente, pero en el contexto insular, aislado, en abstracto, siendo la isla un laboratorio conectado con el más allá.

Después de dedicar cinco años de mi vida a indagar en el pensamiento de José Antonio Padrón, creo que con él se completa el círculo fetasiano, la edición de sus Obras Completas así lo confirma. Quizá los nuevos lectores que se acerquen a las obras reunidas por Ediciones Idea de los autores fetasianos podrían presenciar por sí mismos lo que he vivido yo. No lo sé. Pero lo que sí me parece cierto es que este viaje, este proyecto de vida y de obra no tiene comparación con cualquier grupo de autores en el territorio nacional y ha sido extrañamente ignorado fuera de las fronteras canarias, o copiado en nuestras islas por autores que nunca podrán ser como ellos, seguramente por la falta de honestidad artística y de trascendencia de los tiempos en los que vivimos y la búsqueda de éxito fácil.