No puedo decir que me haya equivocado.
No puedo socorrerme porque me aplasta mi propio silencio.
No puedo explicar un momento tan difícil como éste.
Quizá llegue un día en el que lo pueda hacer.
Pero hoy me rindo.
Hoy el silencio me ha vencido.
Una forma de silencio incómodo.
Un pulso con la voz.
Un suspiro lento, progresivo, insolente conmigo mismo.
Un abismo interminable.
jueves, 25 de junio de 2009
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