Pintar, pintar, pintar. Y no decir... o muy poco. Tan poco como no decir nada. Me sobran las palabras, me faltan las palabras de amor. El dolor, el silencio, la soledad, la concentración en la emoción de la tinta, en el recuerdo, me salvan la vida. Y no me importa nada. Ya no.
domingo, 11 de diciembre de 2011
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