Cada vez que pienso en ti, me acuerdo de todo.
Leo las huellas de los pájaros y escucho los murmullos del océano.
Contigo he aprendido a callar cuando los vientos castigan la voz.
Ahora, entre luminarias, aguardo los designios del tiempo.
No puedo fingirlo, estoy sostenido con dos muletas líquidas,
dos hemistiquios para sobornar a la fe.
lunes, 10 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario