domingo, 10 de mayo de 2009

Límites

I
Deja diluir el negro,
despréndete del gris,
convierte tu blanco
en la negación absoluta,
en un progreso
de la duda
que habita en la memoria,
de la duda
habitable en estos momentos.

II
Das tu espalda.
Entornas tu eje.
Llegas tarde
a la acción.
Inviertes la consecuencia
y te ves
sin gravedad,
con la infancia
a cuestas
en alguna parte
de tu imagen.

III
La palabra se deshace
con paso firme
en un movimiento sin razón,
y descubre
su silencio, su disonancia,
sus ecos.
La palabra que respiras
provoca una crisis fulgurante,
un no saber
que se disipa
cuando pronuncias la nada.

(Inédito).

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