domingo, 25 de abril de 2010

Madrugada de domingo

Hoy es un domingo cualquiera.
Una madrugada de domingo.
Y no puedo dormir.
Abro la ventana y veo la inmensa luna, tan cerca ahora.
Me siento en paz cuando la brisa me acaricia la cara, mi piel pálida y azul.
Las hojas de las palmeras parecen saludarme.
Me susurran palabras ininteligibles.
Y, por un instante, me olvido de quién soy.
Respiro profundamente y pinto la luna con mi silencio.
Entonces abandono mi cuerpo en la ventana.
Y dudo de si soy un fantasma mecido por el olor a estrellas fugaces
o un hombre solo que no puede dormir cuando llega la noche.

Hoy

Hoy es siempre todavía.

A. Machado

sábado, 24 de abril de 2010

El teatro

El teatro tiene sangre humana y hambre de poesía.
Lo demás es política y demagogia.
La conciencia crítica que deseo para el teatro de hoy supera las falsas voces de la política. Consiste en una auténtica conciencia trágica y poética, universal, donde cada individuo puede descubrirse de nuevo, reconocerse en su amor o en su odio.
La verdad se encuentra en un lugar profundamente artístico y que no se adapta a los vaivenes, ni a las melodías absurdas de lo políticamente correcto o de las modas ideológicas.
Yo quiero reconocerme en mi íntima verdad y no en una receta de cocina (eso es la política de hoy) para ganar más dinero.
El valor artístico es infinitamente más importante y menos perecedero que todas las repúblicas y dictaduras del mundo.
No importan las formas de gobierno que elijamos o que nos impongan para vivir, al final seguiremos siendo esclavos de nosotros mismos en un mundo que nos ama y nos detesta a la vez.
Yo creo en la auténtica libertad y en un sueño de mí mismo que me conduzca hasta lugares insospechados.

viernes, 23 de abril de 2010

Compartir una sensación...

Hoy es un día extraño para mí. Mientras una avalancha de lectores se dirige a las librerías para adquirir su libro y su rosa, yo prefiero estar en casa corrigiendo por millonésima vez otra obra que tal vez pueda ser un libro del mañana, sentado en mi sillón preferido o tumbado sobre mi cama: suelo escribir con lápiz y acostado, costumbre muy gratificante, por cierto. Probablemente, los tipos raros como yo jamás irían a comprar un libro este día, sino en los demás días del año. Demasiada gente, demasiada concordia, demasiada curiosidad, demasiado comercio, demasiado ruido... Vivan el libro y la rosa para ellos. Para mí, como para otros, la esclavitud de escribirlos y de maniobrar entre las espinas.

Para el día del libro...

Las palabras cambiarán de formato, y yo también, pero solo cuando me muera.

jueves, 22 de abril de 2010

El caracol

Hay algo que me devuelve a la infancia cuando veo un caracol.
Solía fijarme en ellos en el jardín del colegio donde estudié.
Estaba situado en una antigua estación de tranvía.
Contaba también con una gran chimenea.
En ella se ocultaban los huesos calcinados de algunos hombres malos, decían.
Me daba mucho miedo.
Una vez, entre escombros y restos de cenizas, vi en un ladrillo de la chimenea, muy húmeda ya, un caracol.
Con mucho cuidado lo introduje en un bote de plástico transparente y me lo llevé a casa.
Le pregunté por aquel secreto, por aquellos hombres malos que fueron quemados vivos, por un fantasma que recordaba a los demás lo que allí había sucedido en otra época muy distinta a la mía.
El caracol tan solo se deslizaba por la mesa de mi habitación y me miraba.
Los fantasmas tampoco hablan, pensé.

miércoles, 21 de abril de 2010

La memoria

La memoria intenta preservar el pasado sólo para que le sea útil al presente y a los tiempos venideros. Procuremos que la memoria colectiva sirva para la liberación de los hombres y no para su sometimiento.

Jacques Le Goff

martes, 20 de abril de 2010

Abrir y cerrar los ojos

Hay días en los que duelen los ojos.
Durante esos días se logran ver múltiples formas en la oscuridad.
Abres las compuertas del pensamiento y ya no estás aquí.
Porque en esos instantes no deseas volver.
Eres parte de algo impreciso.
Tu piel, entonces, navega a la deriva.
Pero no importa, si eres capaz de dibujar los contornos del aire.
Conseguirás volver si abres los ojos.
Conseguirás volver.
Aunque te duelan de tanto abrirlos y cerrarlos.

Variaciones

Hay un lugar entre la vigilia y el sueño donde todo se multiplica...

*

Déjame eternizar de verdad lo eterno.

*

Los instantes conspiran contra el tiempo.

*

No dormir es igual a padecer la propia muerte en vida.

*

No elegimos el sueño.
El sueño no nos pertenece.
La vida no es sueño.
No...

lunes, 19 de abril de 2010

En espíritu

A veces, cuando imagino cómo sería mi presencia después de muerto, me veo como un espíritu que vaga por mi casa, por ejemplo, a la deriva, encadenado a los dos mundos, escribiendo o leyendo libros de noche. Vaya, qué miedo, ¿no? Bueno, no se asusten. Si alguna vez sucede, compréndanlo, no habré podido evitarlo. Supongo que habré dejado pendiente algún libro por leer o algún texto por escribir.

¿Y después?

Cuando todos los volcanes dejen de rugir, cuando ya no aparezcan tsunamis, ni tormentas perfectas, cuando las placas tectónicas dejen de sacudir el planeta, cuando no quede más hielo en los polos...

Teorías

Casi siempre, cuando estudio una teoría, hay algo que me obliga a buscar un argumento en contra. Hoy me he dado cuenta de que mi vida se ha basado en contradecir todo lo que me habían enseñado como incuestionable. Y no sé por qué diablos soy así...

sábado, 10 de abril de 2010

Belleza

Hace unos días, una lectora muy especial, a través de un e-mail, me preguntó acerca del concepto de belleza, de lo que significaba para mí. Cada cierto tiempo solemos charlar sobre cuestiones filosóficas o estéticas de este tipo. Y, bueno, tantas y tantas cosas me vinieron a la mente que permanecí varias horas en mi casa, mudo, pensando qué contestar... Pero busqué una respuesta ajustada a su necesidad de saber y a mi necesidad de decir... Como todo en la vida, lo suficientemente imperfecta para no ser tomada muy en serio, tan solo lo necesario...

Me entristece mucho ver cómo las cosas se derrumban y nada permanece.
Y que todo se va de las manos, como la arena o el agua.
Entender el cambio es una liberación, una tendencia taoísta... Es iluminación, quizá... Muchas veces me he sentido muy bien, me encontré a mí mismo entendiendo esta filosofía.
Pero después de pensar en mi tradición occidental, en el humanismo, en la crisis del ser, creo que me quedo con los que pierden, con los que sufren, con la condición efímera, pero digna del desafío... Sé que es una lucha poética perdida, pero creo que la necesitamos todos, en nuestra intimidad. Es una forma de respirar profundamente. Tal vez a través de esta condición perdida no nos sentiremos tan solos y tan desarmados ante el destino. En todo este estado hay tanta verdad contenida que de alguna manera nos libera por dentro, nos hace crecer... Pero sin promesas de mundos mejores. Sé que hay algo de vanagloria en ello, pero ahora estoy en este horizonte. Tal vez esta conciencia de lo trágico libera el espíritu... A mí me inspira, me hace estar más cerca de las personas. Es como si estuviéramos todos unidos por un lazo íntimamente trágico. No es nada nuevo, sino muy antiguo. Puede ser que algo de la paz humana y no de la paz divina se encuentre ahí. En la conciencia de todo ello. Nuestra tradición occidental ha tratado de definir esta condición. Desde luego que todo adquirió más gravedad con la tradición judeo-cristiana de la culpa, por ser expulsados del paraíso, por haber matado al hijo de Dios... Esto nos ha hecho pensar que todos los males del mundo han sucedido por nuestra culpa. Pero antes de todo ello los griegos inventaron esta conciencia trágica, fantástica, grave del mundo, de sus problemas, de su convivencia, de la relación del hombre o la mujer con los dioses... Y todavía andamos en un espacio similar. No hemos avanzado porque no es posible avanzar. Quizá saberlo y afrontarlo, mirando a los ojos a todo lo que nos rodea, dignifica un poco... A mí me hace percibir la vida como un acto de resistencia. Y es esa belleza la que me conmueve por dentro.

viernes, 9 de abril de 2010

La literatura posible

La literatura posible no se vende al mejor postor, está en cualquier lugar y en ninguno a la vez. Quizás sea el latido frágil y eterno de la utopía. Con ella serás más vulnerable y revivirás el incendio de los sentidos. Te desnudará todos los días, te envolverá en su sombra de luz.
Si ella está en ti... has tomado la forma de un viejo paradigma. Porque la literatura es posible cuando ha dejado de ser imposible.

martes, 6 de abril de 2010

Dedicado a Platón

Hace miles de años, un anciano griego pensó que la inspiración poética podía ser nociva para la educación de los jóvenes y para la estabilidad del Estado. Por esta razón, decidió que había que expulsar a todos los poetas peligrosos e inmorales de las ciudades griegas. Y por este motivo escribo, porque soy uno de los últimos anillos de esa larga cadena de resistentes que osaron desafiar a todos los censores e hipócritas del mundo con el sentido trágico de las palabras.

Prometeo y el insomne

El destino del insomne y el mito que describe la acción del águila enviada por Zeus para devorar el hígado de Prometeo, y que, gracias a su condición inmortal, éste último hacía crecer cada noche de nuevo, tienen en común que, al día siguiente, regresará exactamente la misma maldición, que todo volverá a empezar y que, por una extraña razón, todo acabará también de igual forma. En el caso del insomne, al balance del día anterior le sucederá otro idéntico y, así, hasta que la vida resista. Después le tocará a otro y, luego, a otro y a otro... Al final, todos los insomnes del mundo colaboraremos en un proyecto de búsqueda que no llegaremos a concluir conscientemente. Y he aquí la otra maldición: alcanzaremos el deseado extremo, pero nunca descubriremos si habremos llegado a él realmente.