martes, 6 de abril de 2010

Dedicado a Platón

Hace miles de años, un anciano griego pensó que la inspiración poética podía ser nociva para la educación de los jóvenes y para la estabilidad del Estado. Por esta razón, decidió que había que expulsar a todos los poetas peligrosos e inmorales de las ciudades griegas. Y por este motivo escribo, porque soy uno de los últimos anillos de esa larga cadena de resistentes que osaron desafiar a todos los censores e hipócritas del mundo con el sentido trágico de las palabras.

1 comentario:

  1. Amigo Roberto, un trasunto de esta cuestión es el Ágora del Pseudogriego y sus secuaces que desean expulsar de la poesía a l@s que no somos Pseudogrieg@s.

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