Hay un peaje que se paga tarde o temprano por transitar libremente, por imaginar la desolación, por desear que el corazón humano pueda ser la cartografía más fiel del mundo. Tantos peajes como percepciones libres. Tantos, como pérdidas. Y es que los mundos subterráneos hacen fluir el agua por nuestras mentes... La misma agua que beben los suicidas...
viernes, 30 de julio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario