miércoles, 28 de julio de 2010

Esta mañana

Esta mañana, muy temprano... la luna llena, aún visible, concéntrica, colgaba del cielo, como un inmenso péndulo. Mientras mis pulmones se rompían intentando respirar las primeras luces del alba, sentí un quejido profundo, solemne y orgulloso, una voz desconocida para mí que me hablaba con la desesperación de un animal a punto de ser sacrificado, justo antes de que el azul y el verde lo abarcaran todo.

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