domingo, 21 de abril de 2013

Acerca de mi libro "Cinco ensayos sobre poesía escénica"...


Hace un par de días recibí un mail del escritor Sabas Martín acerca de sus impresiones sobre mi último libro Cinco ensayos sobre poesía escénica (Ediciones Idea), que me gustaría y me hace especial ilusión compartir con ustedes. Le he pedido permiso a Sabas para publicarlo por aquí y le ha encantado la idea. Así que ahí va... 

"Amigo Roberto, he leído con gusto y sumo interés tu Cinco ensayos sobre poesía escénica Sólo puedo subrayar la lucidez y profundidad que encuentro en tus reflexiones, dominadas por ese encuentro entre poesía y escena en los tiempos del "teatro postdramático". Recuerdo que hace tiempo Francisco Ruiz Ramón hablaba de la necesidad de contar con instrumentos y terminología específicamente teatrales para abordar el teatro contemporáneo. Creo que en tu libro hay material más que suficiente e interesante para esa "semiótica" de lo dramático, atendiendo a las nuevas y arriesgadas propuestas escénicas.
Tus referencias a Lehmann o a Pavis inciden en ese empeño tuyo de poner nombre, reflexión y utilidad práctica a toda una suerte de tentativas estéticas que configuran una mayor interrelación entre arte y vida, poesía y espacio, dramaturgia y palabra y/o gestualidad. Eso entre otras cosas igualmente reveladoras y, cómo no, radicales. (Es preciso lo radical para avanzar y construir sobre la tradición).
Te diré que me parece un hallazgo también tu enfoque sobre el espectador de hoy, en época de crisis, y lo que tiene de "poética del error" su complacencia en la caída y la humillación (caso de los "realities"), así como su "ocultamiento" tras las redes sociales para contemplar "los procesos de aquellos y aquellas que se atreven a explicarse, a exponerse"... 
Y tus 30 premisas de interpretación para un modelo de conciencia poética en escena son realmente memorables. Quizás porque en el fondo (de eso y de todo lo demás) late la conciencia de lo poético como elemento esencial de transformación, no solo del teatro de nuestro tiempo, también de la existencia misma.
En fin, amigo, que no me queda más que felicitarte y destacar tu rigor y lucidez.
Un fuerte abrazo.
Sabas Martín".



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