domingo, 17 de junio de 2012

Fragmentos de "Los cuerpos remotos", mi último libro de poemas...


Andaba sobre un camino de clavos y llegué a una puerta antigua. Mis pies sangraban. La abrí y había un bosque muy espeso, cubierto de niebla. Apenas podía ver. Resbalé y caí cuesta abajo. Llegué a un lago. En él bebía agua una pantera blanca. Nadé hacia ella y lamió las heridas de mis pies. Luego, me condujo hasta un acantilado. Y allí desperté. Sudaba, pero hacía frío, mucho frío.

*

Delante de mí, estaba yo, mi otro yo. Nos mirábamos mutuamente, en silencio, inmóviles. En paz. De pronto, empezó a caer una lluvia muy fina y mi doble se desvaneció. Entonces me quedé solo, mojado, mirando al infinito y sentí una gran alegría. Y así dejé que aquella lluvia también traspasara mi júbilo.

*

Un sueño de pájaros. Los escucho en la oscuridad. Enciendo una cerilla. Una corriente de aire se lleva mi cara. Y la luz.

*

Cruzo la calle corriendo, rápido, muy rápido. Mi corazón no puede más y me invade un temblor, un brote de asfixia. Me detengo en mitad de la carretera, agotado. Respiro forzadamente, como si quisiera seguir viviendo.

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