miércoles, 23 de marzo de 2016

La historia se repite...

La historia se repite... Ahí está para quien la quiera observar... Está claro... El mundo se está dirigiendo a un callejón sin salida una vez más... El mundo no necesita señores de la guerra ni feudalismos, sino seres humanos que puedan comprenderse entre sí con generosidad. Si todos tiramos hacia nuestros intereses solo, ya no se podrá hablar, ni siquiera hablar en privado o en público. Debería crearse una asignatura obligatoria que se llamara: Aprender a pactar... Estamos creando un mundo de dictadores por seguridad... Y nos estamos olvidando del ser humano, de nuestros derechos y de nuestras obligaciones con nosotros mismos y con el planeta. Hoy el corazón de Europa ha sido atacado y la respuesta del continente no se hará esperar. Y así estaremos durante mucho tiempo, me temo: unos contra otros. Se han dicho tantas cosas, ¿verdad? Las palabras ya saben a poco. Hasta el punto de que los que decimos alguna ocurrencia nos estamos quedando más mudos, con la boca abierta, cansados, desiertos, solos en un mundo cada vez más hostil... Ya la "crisis", "prima de riesgo", "paro"... no son las palabras más pronunciadas, ahora tenemos otras: "seguridad nacional", "populismos de izquierdas y de derechas", y últimamente se ha rescatado "terrorismo"... Gracias a estas y otras justificaciones tenemos enemigos por todas partes. Nos estamos envenenando entre todos, nos estamos disminuyendo en el amplio sentido de la expresión. En una sociedad en la que cada vez se valora menos la historia y la filosofía y que es incapaz de tener un discurso coherente y crítico sobre su pasado y la historia del pensamiento, y que es pasto de cualquier manipulador o manipuladora de argumentos, oficio que se ejerce con total impunidad hoy en día, creo que deberíamos plantearnos todos en serio qué mundo estamos creando y qué mundo estamos dejando a las generaciones venideras... Yo quiero la paz.

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