sábado, 23 de octubre de 2010

Temprano

Paseo temprano. Otra vez el ritmo misterioso. La ciudad despierta lentamente. Ando a través de unas calles casi abandonadas. Humedad en el aire. La noche ha sido lluviosa. La luz del sol me deja entrar en el perfume y en la ceguera... En la primera ceguera del alba.
Duermo poco. Sigo durmiendo poco. Dos horas escasas. Clase de inglés. Paseo de cuatro kilómetros. Regreso a mi Ítaca. Frente al piano, de nuevo. Casi dos horas tocando, buscando... De nuevo. Buscando las formas irregulares, otra vez.
Continúo traduciendo mi espíritu bajo la certeza de que estoy fracasando.
No importa. Tengo el proceso. Y es un proceso profundamente poético, auténtico. Reconozco el fracaso, pero es mi propio fracaso, no importa, el sonido puro es trascendente. La improvisación es un género en sí mismo... Y yo soy el medio, entre el ascenso y la caída de las formas, de las revelaciones.

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