Quisiera compartir con ustedes un artículo mío que se ha publicado hoy, día 30 de mayo, en el último número de Philologica Canariensia, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (España). Muchas gracias a la revista, cuya dirección corre a cargo de José Ismael Gutiérrez, por publicar este estudio acerca de Jorge Rodríguez Padrón y sus valiosas reflexiones sobre el teatro alternativo de los años 60 y 70, en España.
Es tan doloroso todo. Cada vez más resulta insoportable vivir en este mundo y presenciar día a día las barbaridades que se están produciendo. Los políticos nos quieren arrastrar hacia sus propios intereses, "estás con nosotros o contra nosotros", pero yo no pertenezco ni perteneceré a esos bandos. Mi único lugar siempre estará con las víctimas inocentes de los desmanes y excesos de violencia de los políticos dictadores o en el camino de serlos.
Por favor, la violencia engendra violencia; es el fracaso de la humanidad. El mundo no podrá avanzar así. Yo deseo que algún día el tribunal penal internacional juzgue a los criminales de guerra Putin y Netanyahu; y que la democracia y la justicia estadounidense frenen los excesos y los ánimos dictatoriales de Trump. Todo es tan vergonzoso. Espero y deseo, también, que la población de los países que los han votado reflexione y no mire para otro lado. El cambio hacia la paz debe ir desde el interior, desde la conciencia crítica de cada sociedad, porque, sinceramente, me cuesta creer que esas poblaciones hayan elegido libremente a estos monstruos y ni siquiera se arrepientan.
El vicepresidente del gobierno de Trump ha dicho que "los enemigos son los profesores" porque "no permiten que las ideas conservadoras entren en la universidad". Y han declarado la guerra a las universidades o contra los estudiantes extranjeros. Es terrible que se declare una guerra al conocimiento o contra su libre acceso. Mi apoyo está con Harvard y con los focos de resistencia del libre pensamiento y del conocimiento.
Resulta muy triste presenciar el gran retroceso que está viviendo la humanidad en esta década. De nada sirven los avances tecnológicos para una sociedad que desea destruirse a sí misma.
Por favor, recapaciten y busquen la paz. Con ella se pueden conseguir tantas cosas; sin ella es imposible siquiera respirar en este mundo.
