Los políticos nacionalistas que impulsan programaciones atendiendo a criterios de política nacionalista, tanto autonómica como estatal, son parte del gran problema de la falta de innovación en nuestro teatro, puesto que lo hacen atendiendo más a factores folclóricos o de residencia o de idioma, y evitan que se produzca... el libre tránsito cultural, creativo, humano. Y todo lo que no encaje en esos patrones principales se encuentra bajo sospecha. No se puede utilizar el teatro como un instrumento de promoción política. Qué desgracia.
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